Al estar los bares y discotecas cerrados, así como la intermitencia del aforo de los restaurantes, genera que otros sectores decaigan. Uno de ellos es el de las bebidas alcohólicas. Para conocer su situación, conversamos con dos marcas peruanas emblemáticas como Tabernero y Santiago Queirolo, que recurrieron a la creatividad para poder sacar adelante sus productos.
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EL CASO TABERNERO
En el caso del Grupo Tabernero, después de un par de meses de ajuste por la primera cuarentena, lograron cerrar bastante bien el 2020, según informó Víctor Ochoa, gerente de Desarrollo de Negocios. Tras una rápida respuesta con las ventas online, reportaron que en volumen en el 2020 crecieron un 125% respecto al 2019, y en valor en soles aumentó un 115%.
Ahora que las personas pasan más tiempo en casa, el reto que se plantearon fue despachar su producto a domicilio. “También hicimos un proyecto agresivo, teníamos buenos precios y una red de distribución muy buena”, apuntó.
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La marca, que tiene más de 120 años de historia, tiene un portafolio amplio. En el caso de vinos la venta anual es un poco más de 4 millones de cajas de 9 litros (12 botellas de 750 ml), de los cuales 3,2 millones es vino peruano, donde está el seco y borgoña. Y cerca de 800 mil cajas son de vino importado de Argentina, Chile y España, que es la cuarta categoría de consumo más importante en el país después de la cerveza, el vino peruano, ron y pisco.
“La oportunidad de Perú en el mundo de licores es grandísima. Muchas marcas quieren entrar al país. Seguimos siendo un consumidor que prefiere los productos de renombre internacional, y gusta mucho del Malbec, Cabernet y Cabernet Sauvignon”, comentó Ochoa.
Desde setiembre pasado sumaron a su portafolio a Misiones de Rengo, una de las marcas líderes de vino en Chile. El distribuidor anterior decidió no seguir con ellos, por lo que la casa chilena decidió hacer un scouting para elegir a su nuevo distribuidor en Perú. El buen desempeño de Tabernero con los vinos chilenos los hizo decantar por ellos.
Respecto al pisco, Ochoa señaló que la reciente actualización del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) para bebidas como el destilado podría afectar su consumo al ser un producto sensible a precio, pero productos no afectos como el vino pasaron sin mayor impacto.
Luego de un enero favorable, incluso por encima del mismo periodo en el 2020, la cuarentena de febrero dio la percepción de un frenazo. Ahora la proyección es seguir creciendo respecto al año pasado. “Es prometedor, nos seguimos preparando para las ventas online”, precisó.
A propósito, en agosto pasado lanzaron un proyecto que fue Bodega T, un marketplace abierto a cualquier marca y producto, incluso a sus competidores. Pero lo manejan como una empresa independiente ya que no buscan competir con sus aliados como licorerías y supermercados.
“Tabernero se reinventa constantemente y probablemente el mes que viene la estructura sea otra. Tenemos un compromiso con cada una de las 15 bodegas y destilerías que tenemos. Montamos planes a cinco años y nuestro norte es cumplir duplicar los números”, dijo.
QUEIROLO EN LA BREGA
Como para la mayoría de empresas, la primera etapa de la pandemia fue difícil para la marca. Con el shut down inicial se dejó de vender, y tras semanas de incertidumbre lograron empezar a rotar el producto. Piero Fumagalli, gerente de marketing de Santiago Queirolo, aseguró que también debieron adaptarse a las variantes en cuestión de consumo que sufrió el mercado.
En cuanto a ventas en el 2020, comparado con el año anterior, lograron cerrar tas con tas. Tampoco hubo variación en litros producidos. “Pero el consumo de algunos productos como el pisco que tienen un ticket más alto sí se afectó y otros productos con un ticket más bajo tuvieron un crecimiento, lo que sopesó la caída”, subrayó.
En el tema de ventas online, la decisión de la empresa fue fortalecer a sus socios estratégicos que ya tenían un e-commerce. “Hay toda una inversión de tiempo y de llevar tráfico al e-commerce. Lo que hicimos fue hablar con nuestros socios y generarles tráfico a ellos, a través de promociones”, comentó Fumagalli.
Asimismo, reconoció que el consumo de bebidas alcohólicas se daba más fuera de casa que dentro. Como tomarte una copa de vino en casa, versus el consumo en una discoteca, por ejemplo. Por lo que afecta la situación de restaurantes y hoteles que son importante en sus ventas. También afecta que no haya turismo receptivo, porque los turistas también consumen mucho pisco y vino.
El ejecutivo señaló que el total de sus productos son 100% peruanos. Poco más del 60% de su producción corresponde a vinos y el porcentaje restante a piscos. Cuentan con viñedos en Cañete e Ica, con lo que controlan la calidad de la bebida desde el cultivo de la uva.
Uno de sus objetivos es consolidar a Intipallka en el extranjero para que compita con vinos de otros países de tú a tú. Recientemente, la revista especializada The Tasting Panel y el Beverage Testing Institute calificaron al vino peruano por arriba de los 90 puntos, lo que habla bien de la marca. “Eso nos da pie a seguir por el buen camino”, afirmó.
Cuando se refiere al año, en Queirolo prefieren ir paso a paso: “Definitivamente, desde el año pasado estamos analizando bien la coyuntura. No esperábamos la cuarentena de febrero y ahora en marzo que ya reabrió, a nivel de empresa apuntamos que no caiga el número del 2020, y ver constantemente soluciones para lograr el objetivo”, puntualizó.