La inestabilidad política, económica e institucional no ayuda a mejorar las perspectivas de los inversionistas respecto del Perú, señala el economista Jorge González Izquierdo. En diálogo con Correo dijo no hay uniformidad de criterio ni una buena comunicación del Gobierno actual, que se reflejó con el desmentido del presidente del Consejo de Ministro, Alberto Otárola, a su ministro de Energía y Minas sobre el proyecto de Tía María.
¿La inversión privada rebotará en 2024?
La inversión privada en Perú viene mostrando un crecimiento negativo desde el tercer trimestre del 2022 hasta el presente el segundo trimestre de este año, es decir cuatro trimestres consecutivos, o sea un año. En el tercer trimestre del 2022 creció -0.5% y en el primer trimestre de este año creció -12% y en el segundo trimestre de este año -8%. En el tercer trimestre último habría caído -0.5%, aún no hay cifra oficial.
¿Por qué?
Son varios factores. Primero es la inestabilidad política, social e institucional. Sobre todo esta última, desde mediados del 2021 con la llegada al poder el señor Pedro Castillo y hasta el día de hoy, esa inestabilidad no baja en forma importante y crea incertidumbre, lo que no ayuda a la inversión privada. El segundo factor son las perspectivas de corto plazo del crecimiento de la economía. Los inversionistas miran los próximos 12 y 24 meses antes de tomar una decisión y si creen que sus ventas bajarán o se van a mantener igual, no invertirán. La perspectiva del crecimiento de la economía para este año y el próximo es totalmente mediocre.
¿Sobre todo las mineras?
Es la inversión mayoritaria, pesa casi el 20% del total de la inversión privada. Un tercer factor son los altos costos de financiamiento. La política antiinflacionaria que aplica el Banco Central de Reserva, afecta, sobre todo, a la micro, pequeña y mediana empresa, que son dependientes de los bancos. También afecta a las familias que quieren comprar una vivienda o un carro. Cuarto factor, es el crecimiento del crédito neto (sin Reactiva) del sistema financiero al sector privado. Tiene tasas negativas desde hace 12 o más meses. Sin créditos no se puede invertir. La inestabilidad existente genera incertidumbre y afecta, sobre todo, a la inversión minera. En el 2022, la inversión minera tuvo crecimiento negativo, pero la inversión no minera fue positiva. Pero este año, ambas están en negativo.
¿Qué hacer?
Es una tarea principal de los políticos, los que apoyan y no apoyan al Gobierno, de toda la clase política, que se dejen de pelear. El reciente caso del ministro de Energía y Minas (Óscar Vera), quien en Perumin dijo que el Gobierno ve con buenos ojos Tía María, pero al día siguiente se presenta el señor (Alberto) Otárola, y lo desmiente y dice que el proyecto de Tía María no está en la agenda del Gobierno, es un mensaje de inestabilidad a los inversionistas mineros nacionales y extranjeros que asistieron a ese evento. No hay uniformidad de criterio, además de eso, es pésima la comunicación.
Explica la posición del ministro de Economía y Finanzas...
La política económica no lo hace solo el MEF ni el BCR, lo hace todo el Gobierno, todos los ministerios. Todo el mundo le echa la culpa al ministro Alex Contreras.
¿Qué riesgo enfrenta la economía peruana?
La perspectiva de corto plazo para la economía peruana, entre lo que resta del 2023 y todo el 2024, está condicionada, principalmente, a El Niño, que nos podría golpear. Condicionará la producción, el empleo adecuado y los ingresos de la gente. También afectará la perspectiva de inflación, Otro shock de oferta vendría del extranjero y sería negativo por el precio del petróleo (Texas). La perspectiva es que todo este segundo semestre y, probablemente, parte del primer trimestre del 2024, estará El Niño, que afectará la producción al igual que a la inflación. Otro shock de oferta negativo podría llegar del exterior, que los precios de minerales que exportamos sigan bajando. Pero un shock externo positivo es que sigan bajando los precios de materias primas como el maíz, trigo y aceite de soya.
¿Y la inflación?
Por efecto de la política antiinflacionaria del BCR subió la tasa de interés, pero ya empezó a reducir y, en la medida que siga, van a seguir bajando el costo del financiamiento, y provocará una reactivación de la inversión no minera, y también impactará en el crédito y empezará a tener un comportamiento positivo, estimulará el gasto, el consumo de las familias. Sin embargo, pienso que la inestabilidad política, económica e institucional no va a mejorar. Será un duro golpe, en primer lugar, a la inversión privada.