Con los recursos que recibió el país en 2021, la brecha de pobreza en el país se pudo acortar en 2022, estimó Víctor Fuentes, economista jefe del Instituto Peruano de Economía (IPE). En diálogo con Correo, el especialista en Políticas Públicas dijo que la convulsión social hará perder fuerza a la economía en 2023, considerando que en noviembre esta mostró una desaceleración al crecer solo 1.7%, cuando se esperaba que fuera hasta 2.5%. Inclusive, cree que en el 2023 crecería menos de 2.1%, impulsado fuertemente por las labores de la mina Quellaveco, ubicada en la región Moquegua.
¿Cómo observa al país?
Miramos con preocupación cómo las protestas sociales pueden tener un impacto importante sobre el bienestar y dinámica económica del país en el 2023, al margen de si se tienen una solución política o no, en un contexto en el que los factores internacionales son menos positivos que el 2022. Se pudo aprovechar buenas oportunidades para traer inversiones y generar cambios en este período de recuperación post pandemia.
Diciembre no fue bueno para la economía, ¿cómo irá en enero?
Las cifras de noviembre ya muestran una desaceleración clara de la economía. En el primer semestre del 2022 crecimos, en promedio, 3.5%; en el tercer trimestre fue 1.7%. Se esperaba que en noviembre crezca entre 2 y 2.5%, pero solo fue de 1.7%. En diciembre se esperaba más de 2% y habría sido pegado al 1%. En el IPE creemos que en el 2022 la economía habría crecido 2.6% y no 2.8%. Este 0.2 puntos porcentuales menos de diciembre sería más o menos S/1,750 millones
Enero, generalmente es un mes moderado, ¿verdad?
Si, enero suele ser un mes tímido, un poco de recuperación del bolsillo de los hogares; diciembre suele ser un mes muy importante para las ventas, para el comercio, para el transporte, para los viajes de fin de año. No tenemos claro todavía cuál sería el impacto de las protestas en el PBI de diciembre y qué tanto más se puede reducir el crecimiento de la economía. Nuestras expectativas de crecimiento para el 2023 son más bajas, esperábamos 2.1%, pero probablemente se ajuste a la baja, en la medida que las protestas trasciendan enero y tengamos cierres intermitentes del turismo y de la minería. El crecimiento del 2023 estará fuertemente impulsado por Quellaveco. Pero, el rápido escalamiento de los conflictos sociales del último año y medio y la incapacidad del Gobierno por atenderlos oportunamente podría significar un riesgo para las operaciones mineras. Además, un año electoral agregaría incertidumbre que pospondría la realización de nuevas inversiones, extranjeras y nacionales, grandes y chicas.
¿Si la gestión de Castillo hubiese aprovechado adecuadamente los recursos del país, cuánto habría crecido la economía y cuánto hubiese disminuido la pobreza en el 2022?
El 2022 desaprovechamos la oportunidad de crecer cerca de 3.5%, tal como se proyectaba al inicio del año, para terminar creciendo apenas 2.6%. Con ello, perdimos la posibilidad de generar empleos de calidad que hubiesen permitido sacar a más de medio millón de personas de la pobreza. Se perdió la oportunidad de crecer más en el 2022, principalmente por el clima de conflictividad, muy fuerte, a partir, principalmente, de un gobierno mediocre, malo. Pero, el cierre de la brecha social es por la lentitud de los gobiernos subnacionales para traducir recursos fiscales en mayor bienestar y esto viene de años.
Entonces, ¿qué esperamos para el 2023?
Definitivamente será un año con un nivel de incertidumbre importante. En la medida en que se convierta en un año electoral le va agregar una cuota adicional de nerviosismo al inversionista porque querrán saber quiénes serán los candidatos. Creo que es importante considerar el potencial del Perú para volver a crecer a tasas por encima del 4% y 5%, evidentemente requerimos cambios de política que permitan perfeccionar la gestión pública teniendo al ciudadano al centro, pero tanto la evidencia internacional como nuestra propia historia de los últimos 40 años nos han demostrado que necesitamos avanzar y no retroceder en cuanto a las reformas económicas.
¿Cuál es el potencial de Perú para crecer a tasas más altas?
El país tiene buenos proyectos, se tiene a la gente y millones de emprendedores listos para iniciar negocios bajo un conjunto de condiciones que lo permitan. Creo en ese potencial para crecer, para generar empleos, no solo de inversionistas grandes, también de los pequeños inversionistas, tanto extranjeros como nacionales. En la medida que no podamos crecer de forma sostenida, a un ritmo de crecimiento por encima del 2.6% y del 2.1% del 2023, crecimiento muy bajo porque sería ideal crecer 4 y 5%; hay fuerza laboral que cada año entra y necesita trabajar; si no se crece de forma sostenible, los empleos serán de menor calidad, los ingresos serán más bajos, por tanto, la posibilidad de salir de la pobreza será más baja.
La inflación sigue siendo un gran problema, ¿verdad?
Uno de los componentes que, seguramente, pesa en las protestas sociales es la inflación que ha pegado a los hogares. La inflación, si bien empieza a ceder muy lentamente, se quedará en el 2023 a tasas muy altas. En este sentido, hay que cuestionar que el Estado, a dos años de la pandemia, no ha podido establecer un sistema de focalización, que permita proteger a los que más necesitan, a los más pobres. El crecimiento de los precios se irá desacelerando durante el 2023, pero muy poco importará que la inflación empiece a ceder si no se genera mejores salarios. Que la inflación se reduzca es bueno, la inflación es un problema serio para todos. Las categorías de alimentos y bebidas y combustibles, representan el 40% de la canasta básica, pero en los hogares más pobres es el 60%, los precios de los productos que están en estas categorías son los que más crecieron en los dos últimos años.
Víctor Fuentes Campos
Economista jefe del Instituto Peruano de Economía (IPE). Licenciado en Economía por la Universidad del Pacífico. Maestría en Política Pública por la Harris School of Public Policy de la Universidad de Chicago.