Apenas dos de catorce compactadoras de residuos sólidos de la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh) están en funcionamiento.
Según informó el gerente de Desarrollo Ambiental de la comuna, Benhur Zambrano, dichos vehículos fueron adquiridos durante la gestión del exalcalde Marcos Gasco Arrobas.
Tal como Correo informó en sus anteriores ediciones, varios puntos de la “Capital de la Amistad” están contaminados con desperdicios.
Entre ellos figura la avenida Agricultura, Augusto B. Leguía, Belaúnde, la vía de Evitamiento, a la altura de Cruz de la Esperanza, la urbanización Simón Bolívar y otros.
Este problema es de nunca acabar, pues la entidad edil enfrenta un déficit de maquinaria para la limpieza pública.
Por ello, el Gobierno Regional de Lambayeque (GORE), en la víspera, proporcionó tres compactadoras a la MPCh.
El funcionario señaló que en un periodo de tres años, la comuna no puede volver a adquirir mayor número de maquinaria.
Dijo que el problema se originó; debido a que el exalcalde Gasco Arrobas compró 14 compactadoras en su último año de gestión.
“No podíamos comprar más. Teníamos que hacer una evaluación muy estricta para saber que íbamos a hacer para Chiclayo y solo se logró adquirir tres”, expuso.
Denunció que pese a haber obtenido 14 compactadoras, hoy en día, la mayoría está en pésimo estado.
“La flota es de entre 8 a 10 maquinarias. Esto no es suficiente para la gran labor pero vamos a trabajar con lo que tenemos”, acotó.
Lamentó que la población y el empresariado aún no tome consciencia sobre la problemática que se origina a causa de la gran contaminación; por lo que la comuna desplazará un equipo de supervisión y fiscalización ambiental en los puntos críticos por basura.
“Ya toca responsabilizar al ciudadano. No solamente es la municipalidad, sino también de la gente que no respeta el horario de recojo y arroja su basura en horario inadecuado, ensuciando las calles”, precisó.
Expuso que para evitar la acumulación de residuos sólidos, la comuna realizará la instalación de contenedores soterrados, que permita adaptar la gestión de residuos a la ciudadanía.
“Tenemos un equipo de fiscalizadores que acude a los distintos domicilios a sensibilizar a los vecinos acerca de los horarios oportunos para el recojo de residuos pero igual sigue siendo un problema”, aceptó.
Otra estrategia que no tuvo buenos resultados para sensibilizar la población fue los carteles informativos municipales sobre la gestión de residuos sólidos; ya que la contaminación persiste.
“Hemos identificado que por los horarios de trabajo o estudio, la población no cumple con las normas ediles y arroja la basura a la hora que quieren. Estamos buscando una alternativa para regularlo”, finalizó.