Las casonas ubicadas en el Centro Histórico pasan desapercibidas debido a que lo observamos cada día, pero si nos detenemos unos minutos para apreciarlas, nos daremos cuenta que solo una de ellas encierra historia de hace más de cinco siglos. Curiosamente, los turistas extranjeros e historiadores locales y nacionales, saben el gran valor cultural que tiene Arequipa.
Según el gerente de Turismo y Relaciones Exteriores de la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA), Jaime Quispe, el Centro Histórico está conformado por 49 manzanas, pero desde mediados del siglo XX la expansión de la ciudad aumentó debido a la migración. Según el libro “Calles, plazas y puentes de Arequipa”, del historiador Rommel Arce, en el barrio de San Lázaro se apostaron los primeros españoles antes de 1540, de ahí la idea equivocada de que en ese lugar se fundó Arequipa.
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El fragmento del texto señala que, los soldados pizarristas, el 6 de abril de 1539, luego de la lucha por el Cusco en la batalla de Las Salinas, levantaron la primera ermita a la que bautizaron con el nombre de San Lázaro, esto en homenaje a la batalla de Salinas. Con ello se demuestra que, antes de la fundación española de Arequipa, en agosto de 1540, ya ha había presencia de varios españoles en el valle del Chili.
“En San Lázaro, entonces, fue el lugar donde se establecieron los primeros españoles que llegaron al valle de Arequipa en 1539″, dice el texto. Caminar por las callejuelas y la plaza, hace que cualquier persona se imagine cómo fue la vida hace 500 años atrás y que a pesar del paso del tiempo, las casonas, la iglesia aún se mantienen.
Respecto a la plaza de Campo Redondo, es en referencia a Pedro Anzures de Campo Redondo, jefe de la expedición fracasada contra los chunchos en la zona del altiplano. Según Rommel Arce, en el barrio de San Lázaro, nació Benigno Ballón Farfán, que fue el músico más popular que tuvo Arequipa, y como pocos supo interpretar el alma de su pueblo.
Caminar por las calles angostas del barrio de San Lázaro, es sinónimo de tranquilidad, ya que no se puede escuchar la bulla de la gente y de los vehículos que están a pocas cuadras.
Incluso, las casonas de sillar es el lugar perfecto para las fotografías para quinceañeras, novias o simplemente para las fotografías en las redes sociales.