Por más de 200 años la cocina de la picantería La Lucila sigue siendo la misma. Las paredes antiguas de adobe, los fogones, el batán, luz propia, olor a leña y sobre todo la calidez y recuerdo de años y años de la elaboración de picantes y platos tradicionales de Arequipa.
Esta cocina tradicional se ubica resguardada entre las chacras, tierras de sembríos, árboles y rica flor y fauna del distrito de Sachaca. Pero la fama de La Lucila no sería posible sin la matriarca, Lucila Salas Valencia, quien falleció a los 95 años en noviembre de 2012.
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Sus hijas Gladys, Lourdes, Noemí (fallecida), Nelly y Ruth heredaron esta habilidad culinaria innegable. El espacio de La Lucila hoy no solo es un sinómino de gastronomía, sino también de cultura.
Hasta esta picantería se trasladaron grandes difusores de la poesía loncca, para desarrollar el Concurso de Poesía Loncca “La Lucila”. Menores entre 6 hasta los 17 años expresaron sus mejores composiciones entre el clima cálido y agradable aroma de la cocina arequipeña.