La muerte del congresista Hernando Guerra García expuso el delicado estado en el que se encuentra el servicio de salud. Si bien el centro de salud de Punta de Bombón, en la provincia de Islay, no tiene la categoría para funcionar las 24 horas del día, sí se evidenció la falta de especialistas para atender una emergencia como la que tuvo el parlamentario, que murió tras sufrir un ataque cardíaco. Sin embargo, la falta de personal no es el único problema por el que atraviesa ese y otros centros de atención del primer nivel.
Semanas antes del lamentable deceso del ex vocero de la bancada fujimorista, la Contraloría realizó operativos en los establecimientos de salud denominados “al desempeño y operatividad de los establecimientos de salud del primer nivel de atención”, que tuvieron el objetivo de determinar si la infraestructura, equipamiento, abastecimiento de insumos y medicamentos así como la asignación de recursos humanos, están acordes con la normativa establecida para la correcta atención de los pacientes.
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Hasta el momento, la Contraloría ha emitido 55 informes de establecimientos ubicados tanto en las provincias como en la ciudad de Arequipa, y ha observado que absolutamente todos tienen una serie de deficiencias que suponen serios riesgos para los usuarios y que aún no han sido corregidos.
Un día después del deceso del congresista, el mismo personal de salud de Punta de Bombón advirtió la falta de un carro de paro que se utiliza para realizar las maniobras de reanimación cardio pulmonar, como lo hubiera requerido Guerra García. Si alguna persona que vive en la parte alta de Paucarpata sufriera un ataque cardíaco y estuviera cerca del centro de salud de Miguel Grau, tampoco podría cómo ser atendido con un equipamiento básico de reanimación, pues durante la inspección se determinó que carece del 50% de estos instrumentos. No hay coche de paro, desfibrilador externo automático. Electrocardiógrafo, Monitor de funciones vitales, entre otros necesarios para la atención de urgencias y emergencias. La falta de equipamiento es una realidad que termina afectando más a los usuarios y se evidencia en los diversos centros de atención del primer nivel. En el establecimiento de los Médanos en La Joya. Sus consultorios no tienen equipos, falta desde estetoscopios hasta ecógrafos.
El director de la red de salud Arequipa – Caylloma, tiene conocimiento de los informes relacionados con los establecimientos de su jurisdicción y refirió que antes de sus publicaciones ya se había requerido a las microrredes informes del estado en el que se encuentra su equipamiento o en su defecto, exponer lo que no tienen, para iniciar un proceso de compra que podría tener dos caminos, a través del Gobierno Regional de Arequipa o con recursos del SIS. Sin embargo, para la segunda opción se tendría que esperar que el Ministerio de Salud realice cambios en el Sistema Nacional de Inversiones, de donde se tendría que retirar un listado de equipos estratégicos, mobiliario y de medición para poder adquirirlos con dichos recursos. “El SIS me autoriza poder comprar determinados equipos, pero si están en esta lista, no se puede porque el Sistema Nacional de Inversiones obliga a que se compre con recursos ordinarios que no tenemos. Esto es un limitante y hay un compromiso del área de prestaciones de poder cambiarlo”, indicó.
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Medicamentos. Las quejas por la falta de medicamentos es una constante, pero lo que pasa en algunos establecimientos es sumamente delicado, pues el órgano de control no solo ha detectado desabastecimiento y el sobre stock de algunos productos farmacéuticos, también ha encontrado medicamentos vencidos como se detectó en la visita ejecutada al centro de salud de Deán Valdivia del distrito de Cayma, entre el 21 y 23 de septiembre.
La Dirección Regional de Medicamentos, Insumos y Drogas (Diremid) de la Gerencia Regional de Salud ha efectuado durante el año diversas intervenciones a boticas y farmacias procediendo a la imposición de sanciones a aquellos que no contaban con el director técnico (químico farmacéutico) y por la venta de medicamentos vencidos.
Esa misma determinación en la fiscalización y control, no se está evidenciando en las farmacias públicas. En el centro de salud de Deán Valdivia, se han encontrado dentro de una caja 426 unidades de 10 medicamentos y un insumo que están vencidos. Algunos de ellos expiraron en octubre del 2022 y aún se encuentran en el establecimiento de salud, pese a que la directiva administrativa N.º 249-Minsa/2018/DGEMID sobre “gestión del sistema integrado de suministro público de productos farmacéuticos, dispositivos médicos y productos sanitarios” precisa “los productos vencidos o deteriorados de los establecimientos de salud son retirados de la farmacia y áreas donde se encuentren y son enviados al almacén de la oficina general de abastecimiento o quien haga sus veces (Diremid), previa coordinación e informe técnico del almacén, para su baja correspondiente”.
También hay un sobre stock de 46 productos farmacéuticos que, según la evaluación hecha, corren el riesgo de perderse al contar con un almacenamiento que supera los seis meses. El centro de salud de Deán Valdivia no cuenta con 29 productos. En Atico, Caravelí, faltan 23 medicamentos esenciales, entre ellos el ácido fólico que deben consumir las gestantes para prevenir males en sus bebés que están en desarrollo.
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En el informe publicado por la Contraloría se señala que al no contar con determinados medicamentos, “se pone en riesgo la atención óptima de los pacientes al no poder acceder a la medicación que le prescriben para un tratamiento oportuno; mientras que los productos vencidos y el sobre stock ponen en riesgo la optimización y el uso oportuno de los mismos en el sector salud”.
En el centro de salud de Miguel Grau, de Paucarpata, se detectó que la farmacia no cuenta con personal profesional químico farmacéutico.
Al respecto, Aníbal Díaz Robles, responsable de la Diremid, señaló que si bien las normas de fiscalización son tanto para públicos como privados, no es imprescindible que dicho centro de salud, que es de categoría I-3, cuente con este profesional. En caso fuera I-4 y no se tenga dicho profesional, sí incurriría en una falta, los I-3 no están obligados”, dijo y respecto a la dotación de medicamentos, la calificación de sobre stock es relativa, señaló.
Los informes realizados por Contraloría también ponen evidencia la precariedad en la que se encuentra la infraestructura, en el valle del Colca, en Caylloma, hay consultorios dañados al estar humedecidos por Moho y el salitre como ocurre en Cabanaconde, en el centro de Salud de Sondor en Cahuacho una parte del cerco perimétrico está dañado y se advirtió que ante un movimiento sísmico este puede colapsar, lo que representa un serio peligro. Los servicios higiénicos son también una seria observación hecha en varios de los establecimientos, algunos lavamanos están inoperativos al no contar con conexión de agua ni desagüe y el único baño de uso común en Sondor hasta podría representar un foco infeccioso para los pacientes por el estado en el que se encuentra.
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