Una temporada para el olvido han tenido los agricultores de Moro y el valle de Nepeña, en la región Áncash, debido a la caída de los precios y por las condiciones climáticas adversas.
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La campaña de mango terminó con cifras decepcionantes para los productores y para todos quienes dependen directa e indirectamente de este cultivo.
“He perdido más de S/ 100 mil que he invertido durante un año. No he recuperado nada. Los precios han sido malos. Me he quedado en bancarrota”, sostuvo Santiago Rojo, productor del caserío de Larea en el distrito de Moro.
La cosecha duró un mes e inició con un precio de S/ 1.8 el kilo en chacra del mango premium que se exporta vía aérea, la mitad de lo que se ofreció en 2022. Fueron muy pocos los agricultores que alcanzaron a vender su “mango aéreo” a S/ 3 el kilo.
El valor del mango para el mercado nacional apenas llegó a un máximo de S/ 0.5 el kilo, un 50% menos de lo que se ofrecía el año pasado. Sin embargo, varios productores vendieron a S/ 0.28. Ni a S/ 3 la jaba de 20 kilos. Muchos agricultores optaron por dejar que se malogre la fruta y enterrarla debido a que ya no les era rentable venderla a bajos precios.
El Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir), entidad que brinda soporte técnico a pequeños productores, ha recorrido varios campos y ha constatado que los productores tienen menos liquidez y eso pone en riesgo el financiamiento para la campaña 2024.
“Nuestra campaña ha sido muy costosa debido a la falta de agua y al incremento de los fertilizantes; sin embargo, nos han pagado muy poco por el mango. Además, las empresas han sido muy selectivas al momento de la cosecha”, explicó Silja Solís.
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La falta de agua a inicio de año y las intensas lluvias, producto del ciclón Yaku, fueron determinantes para la poca producción y calidad de la fruta. Aquellas condiciones climáticas crearon el escenario ideal para la aparición de plagas y enfermedades que afectaron el desarrollo de los cultivos. Además, varias hectáreas fueron enterradas por los huaicos.