Agentes acudieron hasta el distrito de Pueblo Libre para detener a requisitoriados, pero pobladores creyeron que eran asaltantes. Tras enfrentamiento, pudieron ser rescatados.
Agentes acudieron hasta el distrito de Pueblo Libre para detener a requisitoriados, pero pobladores creyeron que eran asaltantes. Tras enfrentamiento, pudieron ser rescatados.

Por más de 12 horas, dos efectivos policiales de la fueron secuestrados por ronderos de la provincia de Huaylas, en la sierra de Áncash, quienes los confundieron con delincuentes. Un fuerte contingente policial se enfrentó con bombas lacrimógenas a los campesinos para rescatar a los dos jóvenes suboficiales.

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HECHOS

La noche del viernes último, los suboficiales Frank Junior Manrique Romero e Íker Roger Quijano Bedón llegaron en el vehículo, de placa T4R-561, hasta el distrito de Pueblo Libre, en la provincia de Huaylas.

Según las primeras informaciones, los policías se trasladaron a la zona para realizar la captura de dos requisitoriados; sin embargo, al parecer, los familiares de estas personas les dijeron a los ronderos que los agentes eran delincuentes.

Los pobladores de la comunidad campesina colocaron troncos en la carretera para que los suboficiales no puedan avanzar y lograron retenerlos.

Al encontrar el arma de reglamento de los policías, la versión de que eran asaltantes cobró más fuerza.

En todo momento, los suboficiales les indicaron a los campesinos que eran miembros de la Policía Nacional y que se encontraban en la zona en cumplimiento de sus deberes. No obstante, la turba no creyó en sus argumentos y decidió atarlos de manos y pies.

Los policías fueron golpeados por los enfurecidos ronderos, hasta el punto que uno de ellos quedó inconsciente. En un video, difundido por el portal “Yungay TV”, se observa cómo el suboficial es arrastrado por dos personas luego de haber perdido el conocimiento, mientras que su compañero clama por su libertad.

RESCATE

Ayer, un fuerte contingente policial se trasladó hasta la zona del conflicto. Tras buscar por varias horas, los agentes lograron ubicar el lugar donde se encontraban retenidos sus compañeros. Tras un enfrentamiento con bombas lacrimógenas y ser atacados con piedras, los policías pudieron rescatar a Manrique Romero y Quijano Bedón