En estado crítico, Alejandrina Ponte Jaramillo (54) llegó el 21 de octubre del año pasado al hospital regional Eleazar Guzmán Barrón de Nuevo Chimbote.
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La madre de familia, que reside en la provincia de Sihuas, había caído a un abismo de 30 metros de profundidad mientras pastaba sus ovejas para poder mantener a su familia.
Tan grave era su estado, que los médicos dijeron que su pronóstico era reservado.
Desde aquel 21 de octubre, la mujer permaneció 240 días luchando por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), del referido nosocomio sureño.
Ella fue dada de alta gracias a los esfuerzos de los profesionales de la salud, quienes lograron recuperarla.
La madre de familia ingresó a emergencia presentando lesiones y traumatismo vértebro medular, siendo atendida de manera inmediata y luego sometida a una intervención quirúrgica por la médico neurocirujana, quien procedió a estabilizarla de dicho cuadro de fractura cervical.
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Esfuerzo conjunto
Posteriormente, y para su recuperación, por presentar frecuencias cardíacas bajas e insuficiencia respiratoria por la lesión medular, ingresó a recibir ventilación mecánica y otros cuidados por el personal especializado de la Unidad de Cuidados Intensivos.
Durante siete meses, médicos, enfermeras, técnicos de enfermería y terapistas realizaron su labor con dedicación y esfuerzo, logrando la victoria de la paciente.
“No recuerdo cuántos días han pasado, solo sé que estuve sedada y no podía moverme. Era frustrante esa sensación, pero le agradezco mucho a Dios por darme una vida nueva y a todo el personal de este servicio que cuidó de mí, le estaré eternamente agradecida”, indicó Alejandrina Ponte momentos antes de dejar el nosocomio sureño para retornar a Sihuas con su familia.