Yaico: el pueblo donde aún beben agua de pozo, como hace sesenta años

San Luis de Yaico es un pueblo pegado a la margen derecha de la Carretera Central, en la provincia de Concepción. Es uno de los pocos lugares que bebe agua del subsuelo que se extrae gracias a una bomba manual de palanca que funciona hace 60 años.

Este pozo, de treinta metros de profundidad, es alterno al servicio de agua potable del que se proveen las más de cien familias del centro poblado. Entra en funcionamiento cada vez que la prestación regular se interrumpe.

Según narra la vecina Valentina Meza, esta fuente nunca se seca, al menos que ella sepa. “Cada vez que se rompen los tubos recurrimos a este pozo”, cuenta.

Mantenimiento

Mercedes Mandujano, otra residente, refiere que la bomba hidráulica que hace posible la dotación del líquido elemento, pasa por un mantenimiento periódico, el cual está a cargo de la Junta Administradora de Servicios de Saneamiento (JASS) local.

La bomba de agua está en la plaza del pueblo, se activa cuando se mueve la palanca de manera sostenida. El suministro se detiene cuando se suelta la palanca.

Los que saben de su existencia, llegan al punto y se refrescan. La cantidad de agua que sale del caño es copioso.

Según los pobladores, desde los noventa -aproximadamente- se dejó de usar la reserva del pozo, debido a la ampliación del servicio.

En el poste de este ingenio metálico está el nombre de la marca. Demster Mill está grabado en alto relieve. Y más abajo, en la base, yace una placa indicando la fecha de su implementación: agosto de 1963, hecho posible por la comunidad y el Área de Salud de Junín.

Este sería el primer pozo de otros más que las autoridades instalaron en el valle del Mantaro, así lo demuestra el grabado que dice “Pozo # 01″.

Fue posible para enfrentar el déficit de agua que golpeaba a varias comunidades del valle.

Apto para el turismo

Yaico es un poblado perteneciente al distrito de Mito. Su gente se ocupa en la ganadería y la agricultura. Posee paisajes cautivadores, campiñas, montañas y quebradas capaces de seducir a propios y extraños.

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