Julia Suma, de 23 años, es una futura profesora de educación inicial y una mujer emprendedora que ha creado un biohuerto en su casa, donde cultiva orgánicamente para el consumo de su familia y la venta en ferias y mercados de la provincia cusqueña de Paucartambo. Ella forma parte del proyecto Allinta Mikhusunchis, implementado por Plan Internacional en articulación con la Municipalidad Distrital de Huancarani y el Tambo Churo, plataforma gestionada por el Programa Nacional Pais, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
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“En esta pandemia mucha gente está sin trabajo, por ello nosotras nos auto generamos ingreso vendiendo nuestros cuyes, hortalizas y productos que desarrollamos con Plan Internacional. Nos capacitarnos en el Tambo Churo y formamos parte de este proyecto que nos ayuda a ser independientes y contribuir con nuestros hogares”, señala Julia.
El citado programa empodera a unas 40 madres con niñas y niños menores de cinco años. A través de la asistencia técnica permanente de los profesionales de la mencionada ONG y la facilitación de espacios e instrumentos adecuados para fortalecer sus aprendizajes, las mujeres han logrado ejecutar proyectos de negocio propio.
En la misma provincia, Nieves Coaquira, de 24 años, tiene un criadero con más de 90 pollos. Ella, además de este emprendimiento, empezó a importar ovas (algas verdes) desde Estados Unidos para cultivarlas en una piscigranja desde hace siete meses, logrando así tener un producto de gran calidad para el mercado local.
“Desde este programa damos soporte a las instituciones, en este caso a Plan Internacional, con el fin de que cuenten con facilidades y conectividad para las capacitaciones que dictan. De esta manera, se contribuye a que las mujeres sean emprendedoras, desarrollen sus habilidades comunicativas y ejerzan nuevos liderazgos en sus comunidades”, precisa Mariluz Inga, gestora institucional del Tambo Churo.
Desde los galpones que ha construido para sus más de 300 cuyes, Lidia Suma, de 38 años, cuida cada detalle para que todos sus animales crezcan sanos y saludables. Lleva alrededor de dos años en este nuevo emprendimiento y con él apoya a la sostenibilidad financiera de su hogar. Ella y su esposo trabajan para darle lo mejor a sus cuatro hijos.
“Es mi emprendimiento, mi negocio, porque yo soy una mujer de poder. Así ayudo a mi esposo y con el dinero que ingresa puedo contribuir a la alimentación y estudios de mis hijos”, refiere Lidia.