El nuevo obispo, Monseñor Carlos Alberto Salcedo Ojeda afirma que la riqueza más importante de Huancavelica es su gente y que debemos estar al lado de la población que sufre.

¿Cómo ha sido recibido en Huancavelica?

He sido bien recibido por Monseñor Isidro Barrio, los sacerdotes, tuvimos una reunión muy informal, hemos conversado, tenemos el preseminario para estudiantes de secundaria de zonas muy lejanas, el Seminario Mayor, el convento de las hermanas que atienden a los ancianos, hay 52 sacerdotes, 10 comunidades religiosas de mujeres, y todo un entusiasmo en los sacerdotes para atender en sus respectivos pueblos a su gente.

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¿Es suficiente 52 sacerdotes?

Conversaba con ellos la dificultad que hay para atender a toda la población, la geografía dificulta ello, hay muchos pueblos esparcidos a lo largo del territorio, es difícil por la geografía y la distancia, es un reto grande cómo vivir nuestra fe, atender a las comunidades y también forjar comunidades donde surjan laicos que contribuyan a la fe y la formación de comunidades cristianas.

¿Cuáles serán las líneas políticas que implementará?

Nosotros los obispos y todos los sacerdotes tenemos una responsabilidad de guiar a la iglesia, nos basamos en el evangelio, en la palabra de Dios, esa palabra es aplicada a las realidades y contextos de cada época. Nos indica el papa Francisco que estamos en tiempos de muchos cambios, de paradigmas, tecnología, medios de comunicación. Las redes nos hacen más cercanos, pero no más hermanos, ante ello el Papa nos invita a ser una iglesia que muestre el rostro de Jesucristo, la misericordia de Dios, una iglesia en salida misionera y que no se quede en la sacristía, el papa nos dice que prefiere una iglesia que se enferme por salir a una que se enferme por quedarse encerrada. Buscamos una iglesia sinodal, en la que caminamos todos, niños, ancianos, adultos, hombres, mujeres, sacerdotes, todos juntos.

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Decía el Papa Francisco, que buscaba pastores que huelan a oveja.

Eso es estar unidos, en el diálogo, la comunicación, atentos a las alegrías, tristezas, esperanzas de nuestro pueblo, de manera muy simbólica, el papa nos demuestra cómo vivir en la cercanía a nuestro pueblo, con sus clamores, esperanzas, y avanzar para que las situaciones que se viven de sufrimiento se superen.

Usted trabajó con el Cardenal Pedro Barreto, quien emprendió luchas sociales como la que se vivió en La Oroya, sobre estos temas, ¿Cuál es su visión?

En la Biblia hay una pregunta que hace Dios, ¿Dónde está tu hermano?, los que creemos en Dios estamos llamados a responder esta pregunta, pueden estar en situaciones difíciles a causa de la pobreza, contaminación, de las consecuencias de la contaminación que trae el uso irresponsable de los recursos, debemos de estar al lado de nuestro pueblo que está sufriendo por la contaminación del agua, de los ríos. No podemos ser indiferentes a la realidad, eso viene desde el mismo Cristo y la Doctrina Social de la Iglesia, de acompañar a nuestro pueblo para lograr la vida plena.

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¿Cómo verá la formación del alma de los fieles?

Estamos llamados todos a una madurez, podríamos mencionar tres pasos:  primero “ser humanos” que nos conllevan a vivir los valores del respeto, solidaridad; segundo “ser cristianos”, lo que implica que vivimos esas relaciones humanas pero, desde las enseñanzas de Jesús que nos habla de amar y rezar por el enemigo y el que nos persigue, ese paso más no es fácil; el tercer paso es ser santos, vivir de manera más intensa, más radical, el cristianismo, que implica una vida no aislada de los demás, una vida entregada al servicio del prójimo.

¿Cómo ve usted su vocación sacerdotal?

Vengo de un barrio en Comas (Lima), una zona alta, donde se desarrollaron los pueblos jóvenes, allí llegaron los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, esa cercanía, esa presencia de ellos que buscaban el desarrollo de la persona de manera integral me llamó la atención, que fue un proceso para mí, allí surge mi vocación misionera, en la Iglesia de llevar a Cristo donde no es conocida y se clama una salvación que solo Cristo puede dar.

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Hay un sacerdote investigado por la Fiscalía imputado de un presunto ultraje, caso que remeció en la ciudad, ¿Qué acciones tomará usted frente a esta situación?

El Papa Francisco nos invita a estar al lado de las víctimas y la tolerancia cero contra todo tipo de abusos. Sobre este caso he conversado con nuestro querido Isidro Barrio y me ha comentado que hay un proceso y esperamos que continúe, que las autoridades determinen cuál es la situación, estamos al tanto de lo que va sucediendo.

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Hay un proceso, esperemos que las investigaciones sigan y llegar a un momento en el que ellos dirán lo que sucedió, esperemos que siempre salga la verdad adelante, por el bien de la Iglesia, por el bien de las víctimas, todos conformamos la comunidad y estamos llamados a fomentar el bien y defender a toda persona, sobre todo menores, de todo tipo de abusos.

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¿Cómo implementarán el tema de tolerancia cero?

Hay todo un programa de escucha que está en la nunciatura de Lima, aquí es necesario que haya un espacio para que las personas sean escuchadas si hay una situación. Otro paso es la prevención, a nivel de toda la Diócesis formar la prevención, con laicos, sacerdotes, catequistas, no esperar a que suceda un hecho, el tercer paso sería articular con la Policía, Poder Judicial, entidades educativas para prevenir, es posible, en Huancayo hubo experiencias así.

¿Qué mensaje le daría a los feligreses de nuestra región?

La mayor riqueza de Huancavelica son los seres humanos, todos sean niños, adultos, ancianos, enfermos. Les diría que siempre Dios está preocupado por nuestra felicidad plena, le diría que sigamos creciendo en la confianza de Dios vivo que se reveló en Jesucristo y nos invita a vivir en comunidad, el Papa Francisco dice que todos estamos en la misma barca y debemos remar unidos hacia una misma orilla y esa meta es la fraternidad, la amistad social, que significa que nuestras instituciones estén al servicio de nuestro pueblo.