Las autoridades no pudieron hacer nada para evitar que coman, bailen y beban en la fiesta en honor a San Francisco de Asís que se realiza todos los años en el sector de Ocopilla (Huancayo). Desde la madrugada, los ciudadanos festejaron en la vía pública con fuegos artificiales y sin ninguna medida restrictiva pese a que aún nos encontramos en un estado de emergencia por la pandemia del COVID-19.

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Huancayo provincia se encuentra en un grado de contagio moderado, sin embargo, aún no se permite las fiestas patronales debido a que generan aglomeraciones.

Pese a ello los organizadores de esta actividad, decidieron hacer caso omiso y pasar sobre la autoridad para rendir honores a su manera al santo de Asís, incluso fuera del horario de toque de queda.

Intervención a cientos de personas

Pasada la medianoche del domingo, decenas de policías de las comisaría de Huancayo y Chilca, así como la Unidad de Servicios Especiales (USE), acudieron hasta el Óvalo de Ocopilla, donde encontraron a más de un millar de personas, entre niños, jóvenes y adultos, celebrando la fiesta patronal en honor a San Francisco de Asís.

“Vimos a niños que recogían botellas de licor. Adolescentes que lanzaban piedras y botellas para impedir la disuasión de la Policía Nacional. Tenemos que entender que nos encontramos en una pandemia y que si hay infectados y muertes ¿quién se hará responsable?”, señaló el jefe de la VI Macro Región Policial Junín, general PNP Roger Arista Perea.

Ante el descontrol que se vivió la primera noche de los tres días de fiesta que se programaron en este barrio, el general PNP Roger Arista, aseguró que realizarían operativos disuasivos para evitar que se siga infringiendo la norma. Para los dos días de festividad que quedaron el número de agentes policiales sería incrementado.

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“No queremos multar ni detener, pero si lo amerita, lo haremos”, añadió Arista.

Hacen caso omiso

Pese a las advertencias de la Policía, los asistentes a esta fiesta patronal decidieron seguir celebrando hasta el amanecer. Ayer desde las diez de la mañana, las diversas cuadrillas de baile se ubicaron al exterior de la iglesia principal de Ocopilla para danzar, generando que cientos de personas se juntaran a su alrededor.

El uso de la mascarilla y el distanciamiento social fueron olvidados. Asimismo pese a que aún está  prohibido vivanderas, estas se instalaron en el local comunal donde ofrecieron platos típicos.

“Debemos salir para poder ganarnos la vida, hace un año que estamos sobreviviendo. Tenemos nuestro carnet de vacunación y sanidad”, refirió Hilda Romero quien hace trece años se dedica a la venta de comida en fiestas.

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Pese a la fiscalización que realizó la gerencia de Promoción Económica de Huancayo, los comerciantes se quedaron en la zona comprometiéndose a respetar los protocolos.

“Estamos verificando que no exista la venta de alcohol en las tiendas aledañas a la iglesia,  que quede claro que no hay ningún tipo de autorización para este tipo de actividades”, señaló el gerente, Hugo Bustamante. Sin arrepentimiento alguno, los pobladores dijeron que seguirán con la celebración.

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