En el país existen 1 051 134 hectáreas de extensión de bofedales, y están distribuidos en 19 regiones. De ese total, Junín tiene 60 860 hectáreas de bofedales. Poco más del 15 % se encuentran en áreas de conservación, siendo la Reserva del lago de Junín la más importante. Además, es la quinta región con mayor extensión de bofedales, informó la presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), Beatriz Fuentealba Durand.
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Situación
“Por primera vez, el Perú cuenta con un Inventario Nacional de Bofedales, el cual permitirá identificar la extensión y ubicación de dichos ecosistemas; y conocer más sobre la importancia que tiene para el país, a fin de implementar políticas públicas y acciones para su adecuado manejo, ya que estos espacios naturales almacenan agua, capturan el carbono y son fuente de forraje para el ganado”, manifestó.
Respecto a Junín, los bofedales se desarrollan entre las cadenas de montañas central y oriental del centro del Perú. El bofedal de mayor extensión presenta una superficie estimada de 799.8 ha, y el bofedal más pequeño presenta una superficie de 0.09 ha. La presencia de los bofedales está extendida en 87 distritos de nueve provincias de la parte centro del departamento, con altitudes que van desde los 3750 a 5500 m.s.n.m. Más del 30 % se concentra en la provincia de Yauli, dentro de la cuenca del Mantaro.
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Beneficios
Los bofedales son áreas de vegetación acuática y herbácea que se forman en zonas montañosas y altiplánicas, generalmente a altitudes superiores a los 3,800 metros sobre el nivel del mar. Fuentealba Durand, remarcó, que los bofedales son considerados verdaderos oasis de biodiversidad en paisajes generalmente áridos y escasos en recursos naturales, pues proporcionan un hábitat vital para numerosas especies de flora y fauna, incluyendo aves migratorias, anfibios, mamíferos y plantas endémicas.
Precisamente, los bofedales proporcionan una serie de beneficios. “Son aprovechados para alimentar al ganado nativo, como las alpacas; y al ganado introducido, como los ovinos, vacunos y equinos. También tienen una gran capacidad de almacenar carbono. Y entender el flujo de carbono en las turberas es uno de los temas de mayor interés actual, debido a las implicancias que tiene para las medidas de mitigación ante el cambio climático”, señaló.
Amenazas
Fuentealba Durand, dijo que, hay amenazas de degradación de bofedales. “El sobrepastoreo, la extracción de turba en grandes volúmenes, para luego ser vendida y usada como abono en viveros urbanos, el cambio climático, de manera aislada, puede generar alteraciones hidrológicas y favorecer la fragmentación del bofedal, entre otros”, precisó.
Agregó que, este documento es de ayuda para la toma de decisiones por parte de las autoridades y para mejorar la planificación y gestión del territorio. “Con este inventario los gobiernos ya tienen información de dónde están sus bofedales, y si tienen intenciones de ejecutar proyectos de inversión para la recuperación de estos bofedales”, finalizó.