En 2017 su historia dio la vuelta al mundo y no era para menos. En apenas 2 horas, Shirley Silva o ‘La Gata’ como le gustaba que la llamaran, de manera fría y cruel acabó con la vida de 2 hombres en el distrito limeño de San Juan de Lurigancho. Los motivos hasta el día de hoy se pueden considerar inexplicables.Su primera víctima, Diego Marticorena Chombo (21) murió prácticamente por cruzarse en su camino. Mientras que, Freddy Marcas (28), cocinero de un chifa, fue asesinado por servirle un arroz chaufa que para ‘La Gata’ tenía poco pollo.Sus crímenes fueron opacados solo por su frialdad y la poca empatía que había demostrado hacia sus víctimas.

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Tras ser sentenciada a 25 años de cárcel en el 2018 y haber intentado huir del penal Anexo de Mujeres de Chorrillos, la vida colocó a ‘La Gata’ en la región Junín, internada primero en el Penal de Concepción y ahora en Jauja. Su salida está programada para el 2043.

“Mis ojos no mienten”

Poco queda de la Shirley del 2017, o eso parece. La ropa escotada, el cabello desordenado y la mirada desafiante, fueron remplazadas por un buzo, una camisa, una gorra y una mirada serena. Espera con calma la visita de una persona que la tranquiliza: el Cardenal Pedro Barreto. Ya lo conoce, lo vio cuando estaba en Concepción. En los últimos días a ‘La Gata’ le emociona la idea de poder bautizarse, se siente cambiada.

”Eres chévere y he cambiado. Lo puedes ver en mis ojos, mis ojos no mienten”, le dice Shirley a Barreto mientras estrecha su mano, su voz ya no es cruel ni llena de sarcasmo como cuando confesaba sus crímenes. Después de 6 años en prisión, ahora con 28 años, Shirley Silva reflexiona desde otra perspectiva sobre los crueles crímenes que cometió. “Yo no estuve consciente, estaba poseída por los placeres. Me dejé llevar y por eso me encuentro aquí, por la vida que llevaba”, dice.

Además se intenta justificar con la difícil vida que le tocó llevar.”Era mi vida, todos los días me la jugaba. Sé que se me ha dado una oportunidad. Dios tiene un plan para todos”, asegura

El bautizo para obtener el perdón

Luego de visitarla, el Cardenal Pedro Barreto, también arzobispo de Huancayo, aseguró sentir un cambio positivo en la vida de la interna.”He tenido un encuentro muy profundo que me ha conmovido el alma. Shirley sufrió mucho de niña y aquí en Jauja reencontró la luz de su vida, que es Jesucristo. Para mi, es un consuelo y creo que es posible la resocialización”, aseguró Barreto.

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También hizo una comparación a cuando la conoció hace algunos años en otro establecimiento penitenciario. “Lo de Shirley es emblemático, yo la conocí en Concepción. He visto su rostro transformado, esto significa mucho para la sociedad. A los peruanos y peruanas nos alegra la reinserción en la sociedad, la rehabilitación. Dios siempre da oportunidades”, señaló”.

Sobre el bautizo, que es un anhelo de la interna, Pedro Barreto dijo que se realizarán las coordinaciones con la comunidad parroquial de Jauja, que no solo implica el ritual, sino también una preparación que debe realizar Shirley, a fin de lograr paz, perdón y reconciliación.

“A los peruanos y peruanas nos alegra la reinserción en la sociedad, la rehabilitación. Dios siempre da oportunidades”, señaló.Actualmente, Shirley Silva ‘La Gata’ y otras 18 internas, pasan sus días temporalmente en el Penal de Mujeres de Jauja, pertenecen al de máxima seguridad de Concepción pero, está en refacciones. En su celda aguarda una salida que está programada para octubre del 2043.