“Mi hijito precioso”, “Déjenme ir con mi hijo”, eran los desgarradores gritos del padre del menor Favid Cristian ER (16) quién murió el fin de semana ahogado en el río Mantaro. Favid y sus amigos aprovecharon el inicio del periodo de vacaciones para poder ir al campo de golf para hacer deporte y de regreso decidieron jugar un partido en la loza deportiva, pero la tragedia rondaba cerca y a una tan temprana edad le llegó la muerte.

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El estudiante del quinto “C” de la institución educativa José María Arguedas de La Oroya, murió ahogado en las frías aguas del río Mantaro al tratar de recuperar una pelota que cayó al caudal cuando jugaba fulbito con sus amigos cerca al pueblo joven el Porvenir a solo metros del Mantaro. Según narraron sus amigos, ellos jugaban y de pronto la pelota rodó al río, el joven no lo pensó dos veces y se arrojó al torrente siendo arrastrado por las aguas.

Rápidamente, comunicaron el hecho a la policía y quince efectivos especializados en rescate, salieron en busca del menor logrando divisar su cuerpo a la altura de la planta de agua residual de la fundición de La Oroya.

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Los policías se introdujeron a las aguas turbulentas, logrando llegar al cuerpo sumergido en posición de cubito ventral, para luego asegurarlo y atarlo con una soga a una camilla metálica para poder sacarlo y por orden del Ministerio Público el cuerpo fue trasladado a la morgue de la ciudad donde el doctor Carlos Bustamante Montoro realizó la necropsia de Ley indicando que murió por asfixia y ahogo.

Sus restos fueron entregados a sus padres y desde la noche del sábado están siendo velados en el sector de Curipata donde vivía el estudiante.