Estaba sola con sus dos hijos cuando decidió matarlos. Rocío Atencio Castro, de 38 años, preparó avena con veneno y se los dio de tomar sus vástagos de 4 años y 7 meses de nacido. Luego de beber también la pócima mortal, Rocío habría recostado sobre la cama a sus engreídos y esperó que venga la muerte.
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Al llegar la noche, Boris Ormeño Paz (31), quien llegó de Huancavelica a su casa de la Av. Ferrocarril y calle Túpac Amaru, encontró a su cuñada y sus sobrinos sin signos de vida.
Policías de la comisaría del distrito de San Agustín de Cajas, con el capitán PNP Carlos Vivanco, llegaron al inmueble, constatando que la madre estaba muerta al lado de su hijo POA de 7 meses; mientras que en otra cama yacía el pequeño COA, de 4 años.
En la habitación, los agentes hallaron una jarra con avena y pastillas, al parecer veneno para perros. Además en un bolso se halló una misiva de despedida.
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CARTA DE DESPEDIDA
“Mamá, hermanos, no sufran, ya viví lo peor de mi vida, estuve afectado y llorando. Ya no quiero sufrir, ya no quiero vivir”, dice parte de la carta.
Los familiares mencionaron que habían salido de paseo y cuando regresaron se dieron con el terrible cuadro. Los cadáveres de madre e hijos en tres féretros blancos fueron retirados de la morgue de Hualhuas en medio del llanto del jefe del hogar. “Estamos consternados, no sé qué la motivó a tomar tan drástica decisión”, comentó Darío Ormeño.