El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre un nuevo arancel del 10% a productos peruanos ha encendido las alertas en nuestra economía. ¿Por qué? Regiones como Ica, que destacan por su fuerza agroexportadora, tienen a EE. UU. como uno de sus principales mercados. Esta medida podría representar un reto para los exportadores, que deberán adaptarse a un nuevo escenario comercial. Sin embargo, también abre la oportunidad de diversificar mercados y fortalecer la competitividad de nuestros productos en el exterior.
Mercados internacionales
Precisamente, la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) ha identificado que el sector agropecuario podría enfrentar algunos desafíos.
Según cifras del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), al 2024, se generaron más de US$1.1 mil millones solo por envíos a Estados Unidos, lo que representó el 87% de las agroexportaciones regionales. Entre los cultivos que más se exportan a ese mercado se encuentran la uva, el arándano y el espárrago. Esta situación invita a seguir fortaleciendo la calidad, innovación y promoción de nuestros productos para mantener su posición en los mercados internacionales.
“Un arancel es un impuesto que un país puede aplicar a los productos importados, con el objetivo de proteger su producción local frente a la competencia externa. Siendo así, y ante el reciente anuncio, será clave realizar un seguimiento riguroso de sus posibles impactos, especialmente en sectores estratégicos como el agroexportador. Garantizar la competitividad de nuestra economía no solo requiere reacción oportuna, sino también coordinación entre el sector público y privado para proteger los empleos y mantener el dinamismo de nuestras exportaciones”, explicó Franco Saito, economista de REDES.

Diversificación y nuevos mercados
Frente a este nuevo panorama, el especialista resaltó que es clave abrir nuevas puertas: diversificar mercados y apuntar a más destinos para nuestros productos. También propuso apostar por exportar con mayor valor agregado en la medida de lo posible, es decir, no solo enviar la materia prima, sino transformarla y ofrecer productos con mayor calidad y presentación. Además, insistió en que mejorar la eficiencia en la producción y mantener altos estándares de calidad puede marcar la diferencia. Todo ello, resaltó, no solo fortalece nuestras exportaciones, sino que también genera más empleo y mayores ingresos para las familias iqueñas.
Del mismo modo, Saito subrayó la importancia de trabajar en equipo: desde los pequeños productores hasta las autoridades y el sector privado. Con inversión en innovación, capacitación y acceso a mejores herramientas tecnológicas, Ica puede no solo adaptarse a los nuevos retos del comercio internacional, sino salir fortalecido y con mayor competitividad.
“Para que la región pueda afrontar de manera efectiva este desafío, es esencial emprender iniciativas que fortalezcan su capacidad de negociación y diversificación comercial. La colaboración entre distintos actores permitirá la identificación de nuevos mercados y oportunidades para los productos iqueños. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo, con una visión proactiva de diversificación y adaptación, Ica podrá enfrentar con éxito los retos derivados de las barreras comerciales globales”, concluyó el especialista.
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