La festividad religiosa y folclórica de la Virgen de la Candelaria se replicó en los distritos de Sunampe y Grocio Prado. Las calles céntricas de estas comunas recibieron a más de una decena de agrupaciones de danzantes y músicos provenientes desde distintas localidades chinchanas y de otras ciudades para expresar sus costumbres autóctonas en honor a la santa patrona de la región Puno.
La Asociación Cultural Sambos Esmeralda del Sur desarrolló esta manifestación en Sunampe. Caída la noche del sábado los danzantes ingresaron en pasacalle por la carretera de penetración a este distrito. La concentración fue en la plaza de armas en donde se realizó una exhibición de danzas, protagonizadas por hijos puneños que llevan años viviendo en Chincha, y por propios chinchanos que han adquirido estas costumbres.
Baile por las calles
Humberto Saravia, director de la Asociación, comentó que desde hace un mes se inició con la convocatoria de las agrupaciones que practican la emblemática Diablada, Sicuris, Chacareros, Tucumanos y otras danzas típicas del altiplano. Fueron 14 los que llegaron al pueblo sunampino para demostrar su devoción a la Virgen con esta tradición que se realiza por primera vez en esta localidad.
La otra puesta en escena tuvo lugar en el distrito de Grocio Prado. Los Sambos Illimani de Chincha citaron a los danzantes de bailes costumbristas para esta festividad. La exhibición de las danzas puneñas se complementó con el huayno propio del pueblo altoandino de la provincia de Chincha, que con sus coloridos trajes y al compás de los instrumentos de viento ingresaron a la plaza de esta comuna.
A este festival que reúne tradiciones oriundas del país también se presentaron cuadrillas de Hatajo de Negritos y el ritmo afrodescendiente. Los chinchanos hicieron gala del zapateo que sigue vigente en varios distritos de la provincia para ganarse las palmas de los asistentes y de los padrinos Miguel Esquirva y Mónica Guillén designados por la comisión organizadora de este evento en honor a la Virgen de la Candelaria.