Terror en Huaca Salitre. La madrugada de ayer un grupo de vándalos arribó hacia esta zona, ubicada en el centro poblado Pachacútec de Chincha Baja, tomó prisionero a los integrantes de la familia Sándiga, golpeó a uno de ellos y les destrozó sus viviendas. Los agraviados presumen que detrás de este hecho de violencia y abuso se encuentran personas que tienen interés en quedarse con el terreno que ocupan.
Al promediar las 4:40 de la madrugada, cuando las personas adultas dormían, fueron sorprendidas por la turba. Se calcula que eran 20 sujetos, todos encapuchados. Algunos tenían arma de fuego y otros sostenían palos. Estos van casa por casa y sacan a la fuerza a los habitantes; hombres y mujeres mayores, quienes no podían defenderse de los invasores, al parecer, pagados para atacar.
Ana Peñaloza Luna, hija de una de las agraviadas, acude junto a su esposo al lugar para apoyar a su familia y se encuentra con los desadaptados. En un video registrado por ella se observa a la gavilla causando destrozos en una de las rústicas viviendas que sirve como refugio para los residentes. Los sujetos se dan cuenta de la grabación y comienzan a amenazar, lanzando palabras soeces.
Pelea
La denunciante agrega que su familia tiene documentos que acreditan la posesión del terreno y que hasta el año pasado vivían en armonía. Toda la paz se acabó en mayo cuando desconocidos ingresaron a la casa de su madre, le prendieron fuego y mataron sus plantas. De los autores materiales se sabe muy poco, pero de los intelectuales hay indicios que se van reafirmando con cada episodio de violencia contra estas personas de la tercera edad.
Peñaloza Luna señala que a ella también la han agredido por salir en defensa de la propiedad que tiene en posesión su familia. Ocurrió el 19 de agosto último cuando un sujeto a quien tiene plenamente identificado la atacó. La agraviada y su familia acudió a la subprefectura para solicitar garantías personales, lo cual ha quedado en evaluación en el caso de ella. Mientras este trámite se resuelve en Huaca Salitre reina la injusticia