En menos de tres días, un segundo árbol ha caído en el balneario de . Al igual que el primer incidente, el árbol frondoso no soportó la humedad y sus raíces expuestas, una consecuencia que estaría relacionada a las recientes obras de de veredas en la zona.

Desastre ecológico

El tercer árbol, un espino de más de 50 años, se encuentra en la Alameda de Huacachina, en una situación vulnerable, y la falta de supervisión de las obras por parte de la municipalidad de Ica ha sido duramente criticada. Francisco Masías, coordinador general del Grupo Oasis, una organización protectora de Huacachina, responsabiliza a la municipalidad de cualquier futuro incidente. Masías, quien fue regidor en el periodo 2003-2006, ha solicitado acciones inmediatas para evitar más daños.

A pesar de que los espinos no están en peligro de extinción como el huarango, son árboles nativos de los valles costeros de Perú y Ecuador, valorados por su resistencia, sombra y capacidad para enriquecer el suelo. Por esta razón, están protegidos por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), que regula su tala para preservar su valor ecológico.

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