El Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (Otass) entró a la administración de para revertir los malos indicadores de las gestiones municipales. Han transcurrido seis años y todo sigue igual o quizás peor. La semana pasada se conoció que en algunos sistemas (pozos y reservorios) se encontraron coliformes fecales y pésima cloración. La Contraloría General de la República a través del Informe de Orientación de Oficio N° 002-2023 reveló otro en Emapica.

Denuncia

El ciudadano Gamero Vega reclamó a la empresa distribuidora por cobro excesivo, el mismo que fue denegado. Sin embargo, el Órgano de Control Institucional (OCI) de Emapica tomó conocimiento de la denuncia y empezó a indagar el expediente, “así como la verificación de su medidor con la finalidad de constatar si este se encontraba certificado por el Instituto Nacional de la Calidad (INACAL).

El 21 de marzo de este año se realizó la verificación y se reveló que el medidor N° 8222819 que pertenece a citado usuario, no se encontraba certificado por INACAL. Dicho medidor no se encontraba certificado en la página de INACAL “habiéndose realizado la búsqueda en la Oficina de Medición y Facturación”.

El Reglamento de Calidad de la Prestación de los Servicios de Saneamiento, aprobado mediante la Resolución del Consejo Directivo N° 011 de Sunass del 5 de febrero del 2007, indica de forma clara que la “conexión domiciliaria de agua potable debe tener su respectivo medidor de consumo, el cual debe contar con Certificado de Aprobación de Modelo o con la Homologación del Certificado de Aprobación de Modelo, emitido por INACAL”.

El informe de Contraloría señala que “la no certificación de los medidores de INACAL, no podría garantizar la lectura del consumo real y la respectiva facturación conllevando a reclamos”. Y así fue.

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