El último jueves 11 de julio, a la edad de 84 años falleció Federico Soriano Vargas; destacado educador, deportista, periodista e historiador del distrito de y de la región de

Obras

En setiembre del año 2009, Federico Guillermo Soriano Vargas publicó una obra para la posteridad: “La Tinguiña, Tierra promisoria de Ica”, es una profunda investigación sobre la historia del distrito que se convirtió en un referente para conocer sus raíces y tradiciones.

En la pág. 260: “Cuando hemos conversado con muchas personas quechua hablantes, sostienen que etimológicamente la palabra Tinguiña, deriva de una voz quechua: “Tinkina”, que significa: “Encuentro o cruce de dos caminos”. Acepción que nos ayuda a confirmar que el vocablo quechua fue utilizado en el incanato, pudo tener su punto de partida, cuando el Inca Pachacútec construyó La Achirana y la mayoría de los pueblos se instalaron a orillas del río. Continúo escribiendo “la fundación del beaterio de La Tinguiña”, donde indica, “En 1776 se inició la construcción del Beaterio de La Tinguiña. El gestor de tan importante obra fue el padre José Manuel Cordero, miembro de la congregación eclesiástica de Los Dominicos, quien trabajó arduamente hasta culminarla. El 8 de diciembre de 1789, se estrena, porque en aquella fecha se celebra como hasta ahora, las festividades de la Virgen Inmaculada Concepción”. También relató sobre La Virgen de Las Nieves, santa patrona de La Tinguiña. Las festividades tradicionales del Beaterio, la llegada de la Virgen de Las Nieves al barrio, las festividades de antaño y otros.

Asimismo, ha publicado “Crónicas de mi Tierra soleada”, un compendio de 21 cuentos del terruño iqueño: “Arrieros somos” (plan lector para los niños) y su reciente libro publicado fue “Crónica del club: " Sport Puerto Aéreo” de La Tinguiña en homenaje a los 89 años de vida social, deportiva y cultural de una institución de la provincia de Ica.

Cabe resaltar que Federico Soriano fue un activo miembro de la comunidad. Destacó por su participación en diversas iniciativas sociales, culturales y deportivas, siempre buscando el bienestar y desarrollo de su pueblo. Su partida deja un vacío irreparable en La Tinguiña, pero su legado de conocimiento, pasión por la historia y compromiso con su comunidad seguirá inspirando a las futuras generaciones.

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