En la institución educativa emblemática Andrés Avelino Cáceres de Chincha Alta la necesidad por una nueva infraestructura es inmediata. Sus aulas prefabricadas son desde el terremoto del 2007; están desgastadas por el paso del tiempo. En estas condiciones se prevé iniciar el año escolar 2022, y atender a una población de estudiante que bordea los 3 mil, entre los niveles de inicial, primaria y secundaria.
En estado inhabitable
Este local escolar, en el movimiento sísmico de hace más de 14 años, se quedó sin algunos salones de clases. Y es que Defensa Civil tras la evaluación de los daños confirmó que todo un módulo estaba en condición inhabitable. Sin embargo, no se procedió con la erradicación de este ambiente, que en la actualidad permanece como muestra del olvido de las autoridades pese al riesgo que representa.
Tras el terremoto se instalaron aulas prefabricadas para atender la educación de los menores. La solución parecía ser la más ágil en ese momento. Pero, pasaron los años y no llega todavía la ansiada reconstrucción. Los docentes están obligados a utilizar estos espacios inadecuados para brindar las sesiones de aprendizaje, que se paralizaron en el 2020 por la llegada de la pandemia.
Este año los alumnos del ex Comercio vuelven a las clases presenciales y también por medio remoto, pues la condición de este local escolar no permite desarrollar la educación con normalidad. Se estima que el 70 % de los estudiantes tendrán que educarse en las aulas que llegaron en el 2007 y otro lote en el 2017. A esto se suma la falta de mobiliario. Según una docente cinco aulas tienen carpeta bipersonal.
Los educadores preocupados por esta situación viajarán este martes a la sede del Programa Nacional de Infraestructura Educativa. Ellos, buscan respuesta al proceso de reconstrucción que estaba por concretarse y que se paralizó por el ingreso del país a la emergencia sanitaria.