Hombres armados, supuestos ronderos y agentes de seguridad de empresas mineras, los habrían secuestrado de sus cuartos en Vijus, en Pataz. Los golpearon brutalmente y luego, atados de manos, los arrojaron a las aguas del turbulento río. Milagrosamente dos de ellos lograron sobrevivir, pero tres están desaparecidos. Sus familiares piden que los busquen.
Hombres armados, supuestos ronderos y agentes de seguridad de empresas mineras, los habrían secuestrado de sus cuartos en Vijus, en Pataz. Los golpearon brutalmente y luego, atados de manos, los arrojaron a las aguas del turbulento río. Milagrosamente dos de ellos lograron sobrevivir, pero tres están desaparecidos. Sus familiares piden que los busquen.

Al parecer, en la provincia de Pataz, región no hay autoridad ni ley que valga. Grupos armados toman la justicia en sus propias manos y son capaces de cometer atroces crímenes.

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Precisamente, eso es lo que han denunciado ayer familiares de cinco jóvenes, naturales de Trujillo y del distrito de Chao, quienes hace un par de semanas viajaron hasta la localidad de Vijus, en Pataz, para laborar como mineros informales, sin imaginar la pesadilla que les tocaría experimentar.

Ellos habrían sido secuestrados, torturados y arrojados a las turbulentas aguas del río Marañón. Dos de los jóvenes lograron sobrevivir y tres están desaparecidos. Se presume que murieron ahogados.


INCURSIÓN

Según la denuncia hecha por los parientes de las víctimas, el cruento suceso habría ocurrido el pasado domingo 17 de noviembre, en horas de la mañana. Jhonatan Polo Luján (18), Noé Lezama Ríos (25), Joel Hernández Rojas (30), Jesús Vera Mejía (22) y Gerado Santiago Calvo (22) se encontraban descansando en los cuartos que habían alquilado en un hospedaje en la localidad de Vijus, cuando sujetos encapuchados que llevaban armas de fuego incursionaron en sus habitaciones y les obligaron salir.


TORTURA

Los desconocidos, que presuntamente eran ronderos de la zona y agentes de seguridad de una empresa minera, les ataron las manos con sogas y alambres, luego los llevaron, primero, hasta una vivienda, donde por horas los golpearon brutalmente. Luego,cuando cayó la noche, los trasladaron en una camioneta hasta el río Marañón, donde los arrojaron, para que mueran ahogados.

Sin embargo, Jhonatan Polo y Noé Lezama lograron desatarse y nadaron hasta la orilla. Ambos se escondieron entre unos sembríos y esperaron que los supuestos ronderos se vayan.


LO DENUNCIAN

Al amanecer salieron de su escondite y corrieron hasta la carretera, donde pidieron al chofer de una camioneta que los lleve a Trujillo. Sin perder tiempo denunciaron el hecho ante el Departamento de Investigación Criminal (Depincri) - Trujillo. Ambos jóvenes dieron más detalles del hecho y les dijeron a los detectives que los sujetos que los habían atacado tenían armas de corto y largo alcance. Además, exigían que les revelen quién los había contratado para que trabajen como mineros en la zona.


ANGUSTIA Y DOLOR

Arcilia Rojas Hilario, madre del joven desaparecido Joel Hernández Rojas, pidió ayer a las autoridades busquen a su hijo y a los otros dos muchachos que fueron arrojados al río Marañón. Lo mismo solicitó Silvia Carranza de la Cruz, esposa de Joel Hernández. Con su bebé en brazos, exigió que se investigue el caso y se identifique a los autores de este salvaje ataque.

Las acongojadas mujeres, acompañadas de los parientes de los otros dos jóvenes desaparecidos, realizaron un plantón en los exteriores de la Fiscalía y en la Casa del Gobierno Regional de La Libertad. El gobernador César Acuña Peralta los atendió fugazmente y se comprometió a gestionar ante las autoridades policiales la búsqueda intensiva de los desaparecidos.

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