En su paso por Trujillo, el Sumo Pontífice fundó dos parroquias: Santa Rita de Cascia y Nuestra Señora de Monserrat. En ambos recintos de oración hay feligreses que lo conocieron personalmente y que continúan con su legado de compartir y apoyar siempre a los que menos tienen. “Hemos sido bendecidos”, dicen.
En su paso por Trujillo, el Sumo Pontífice fundó dos parroquias: Santa Rita de Cascia y Nuestra Señora de Monserrat. En ambos recintos de oración hay feligreses que lo conocieron personalmente y que continúan con su legado de compartir y apoyar siempre a los que menos tienen. “Hemos sido bendecidos”, dicen.

Hay grandes personas que no solo dejan un legado por lo que difundieron y enseñaron, sino también por los espacios que fundaron y ayudaron a edificar. Uno de esos seres especiales es Robert Francis Prevost, recientemente elegido en el Vaticano como el .

VER MÁS:

El nuevo Sumo Pontífice vivió varios años en Trujillo y en ese tiempo trabajó de la mano con muchos vecinos para fundar dos parroquias que ahora son el orgullo de fieles feligreses y el símbolo de que con esfuerzo y sacrificio se pueden alcanzar grandes objetivos y dejar un mensaje de solidaridad que se hace indeleble en el corazón de muchas personas.

UN SALTO DE ALEGRÍA

Una de las parroquias que fundó en Trujillo el otrora párroco es la Santa Rita de Cascia, anteriormente conocida como Nuestra Señora Madre de la Iglesia. El local se ubica en la avenida Leopoldo Arias, en la urbanización Santa María.

En ese recinto religioso encontramos ayer a Alicia Azabache Arroyo, quien fue nombrada por el propio Robert Francis Prevost como coordinadora general de la parroquia, allá por el año 1992.

“Cuando nos enteramos de que al padre Robert lo habían elegido papa, he saltado y llorado de alegría y de felicidad. Recordé cuando celebramos la Navidad y él me decía: ‘Alicia, no sé cómo llegaré al final de la jornada’. Nosotros salíamos, junto a muchos jóvenes más, a realizar la pastoral de misa por Navidad. Nos íbamos a varios lugares para llevar juguetes y compartir la chocolatada. Siempre terminábamos cansados. Pero ese era el gran esfuerzo que él desplegaba de forma muy desprendida”, manifestó Alicia Azabache.

Otro detalle que marcó a esta mujer es que el papa León XIV nunca tuvo problemas en ensuciarse los zapatos para acudir a zonas deprimidas por la pobreza y socializar con las personas. “Entregaba su tiempo y muchas veces puso de sus propios recursos para ayudar a los demás. Él nos enseñó eso y acá seguimos con ese ejemplo. Nos decía que no nos quedemos dentro de la parroquia, que siempre debemos salir. Era la imagen que quería proyectar y un legado que debemos continuar”, agregó.

LEER AQUÍ:

MUCHA PAZ

Otra de las parroquias fundadas por el papa León XIV es Nuestra Señora de Monserrat, situada en la avenida Santa Teresa de Jesús, perteneciente a la urbanización Monserrate.

En este lugar conversamos con Eusebio Colmenares, quien también conoció al Sumo Pontífice.“Todos tenemos dones, pero él es un hombre que transmite mucha paz y tranquilidad. Lo recordamos como un hombre muy abierto. Nosotros queríamos en el fondo de nuestros corazones que él sea elegido papa y cuando se oficializó su elección fue una alegría. Hemos sido bendecidos”, señaló.

León XIV fue el primer párroco de la parroquia Nuestra Señora de Monserrat en 1992.

Su ejemplo de construir y compartir lo siguen fielmente los feligreses, que no dudan en continuar con actividades para ayudar al que lo necesita y de difundir el mensaje de Dios más allá de los muros de la parroquia.

TE PUEDE INTERESAR