La fiebre del oro que se vive en la provincia liberteña de Pataz está dejando muerte y desolación. La que hasta hace poco era una jurisdicción tranquila, se ha convertido en una zona ‘armada’, en donde unas 11 bandas criminales, integradas por peruanos y extranjeros se han declarado la ‘guerra’ por la posesión ilegal de zonas mineras.
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A sangre y fuego
El último 3 de agosto, una ráfaga de balas sorprendió a los pobladores del sector Pueblo Nuevo, en Pataz. Esa noche, moradores grabaron lo que sería un enfrentamiento entre la seguridad de una mina artesanal y delincuentes que buscaban apoderarse de un socavón.
La balacera, en donde se habrían escuchado más de 60 disparos, dejó a tres ciudadanos venezolanos heridos: David Pérez Escalona (25), Tony Guevara Curvelo (29) y Guillermo Guevara Campos (28). Ellos fueron llevados al Hospital Leoncio Prado de Huamachuco.
Horas después del ataque, a través de redes sociales, hampones publicaron un video con el botín que obtuvieron en su incursión delictiva: varios costales con mineral aurífero. Además, muestran los fusiles automáticos que usan para someter a sus víctimas.
“‘Mano’, un saludo acá para mi ‘cumpa’ Don Blas. ‘Gato Cortez’, para la gente de Trujillo, ‘mano’, para mi ‘cumpa’ Don Chicho, que siempre nos activa, acabamos de ganar, ahorita ahí toda la ‘melcocha’, esperamos el cariño, ‘mano’. Y mi ‘cumpa’ ‘Robocot’, no te olvides, esperamos el cariño acá para el fin de semana. Toda la ‘Pirca’ siempre activos, ya tú sabes, los que dominamos Pataz”, dice uno de los delincuentes.
Detrás de este enfrentamiento se cree que estarían hampones extranjeros que integrarían la organización criminal ‘El Tren de Aragua’, cuya base delictiva es Venezuela. A esta provincia también habrían incursionado las bandas criminales ‘La Jauría’, ‘Los Malditos de El Triunfo’ y ‘Los Pulpos’, quienes migraron de Trujillo atraídos por las ingentes ganancias que deja la minería ilegal.
Ante esta alarmante realidad, el gobernador de La Libertad, Manuel Llempén, señaló que solicitó al Ministerio del Interior que se declarare en emergencia a la provincia de Pataz, para que la policía pueda desarticular a las bandas que operan en esa zona.
“Salga o no la declaratoria de emergencia, confirmaron que realizarán operativos e intervenciones de inteligencia. Tras escuchar la situación en la que estamos, el viceministro de Orden Interno (Abel Gamarra) está de acuerdo que es urgente intervenir. Hay escasez de personal policial en todo el país, pero verán qué se puede hacer para atender este pedido. La Policía debe asumir la asignación de viáticos al personal que se traslade a Pataz”, afirmó.
Agregó que “es lamentable” que en el distrito de Pataz, en donde se está desarrollando minería no se tenga una comisaría. Detalló que los puestos policiales están situados en Chagual y Vijus, que son centros poblados. “Ahí máximo habrá 10 efectivos en total, en cada una de estas comisarias”, indicó.
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Homicidios
En Pataz, los asesinatos incrementaron en seis veces en los últimos cinco años. Según el Comité Regional de Seguridad Ciudadana, de enero a agosto de 2018, 2019 y 2020 se registraron dos homicidios por año. El 2021 las muertes aumentaron a cinco y este 2022 ya van 12 víctimas mortales.
Si bien estas cifras ya son preocupantes, el presidente de la Comisión de Energía y Minas del Consejo Regional de La Libertad, Greco Quiroz, alertó que en Pataz habrían ocurrido más asesinatos, pero no son reportados a la Policía.
El consejero indicó que el grupo de trabajo que dirige contabilizó este año en esa provincia 21 homicidios. Sobre cómo llegaron las bandas a la zona, indicó que primero fueron contratados por grupos de mineros ilegales para que les brinden seguridad. No obstante, al ver que el negocio movía mucho dinero, decidieron quitarles las zonas a quienes les pagaban por seguridad. “Ahora, los que eran mineros o trabajan para ellos o los matan”, indicó.
Emergencia
José Herrera Montañez, comunicador social que investiga esta problemática en la zona, aseguró que la ausencia del Estado hizo que la delincuencia aumente en Pataz. Detalló que desde hace dos años se disputan este territorio unas 11 bandas delictivas, que se enfrentan con armamento de corto y largo alcalde, lo que genera temor en la población.
A través de un comunicado, aseveró que, según testimonios, en Pataz hay unos 700 mineros artesanales, entre formales y en proceso de formalización, afectados por el hampa. Ellos “extraían entre 10 y 15 volquetadas de 30 toneladas cada una al día; pero hoy son aproximadamente 250 mineros que solo llegan a las cinco volquetadas del mineral”.
“La diferencia es producida por las bandas de delincuentes. Señala (el testigo) que también hay formales que venden o son obligados a vender sus facturas para que los ‘parqueros’ (delincuentes mineros) cuenten con la documentación necesaria para la venta en Trujillo”, indica.