Los atentados ocurrieron en las provincias de Trujillo y Virú, declaradas en estado de emergencia por inseguridad ciudadana.
Los atentados ocurrieron en las provincias de Trujillo y Virú, declaradas en estado de emergencia por inseguridad ciudadana.

La Libertad se ha convertido en una zona de “guerra” en donde a diario el crimen organizado detona explosivos para atemorizar a emprendedores a quienes les exigen el pago de cupos para que puedan continuar trabajando. Esta vez, tres ataques extorsivos se registraron en las provincias de y Virú, zonas en donde el hampa sigue atacando a pesar de los constantes estados de emergencia por inseguridad dictados en estos lugares.

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No paran

En el distrito de Florencia de Mora, delincuentes hicieron estallar un cartucho de dinamita en una vivienda situada en la cuadra 17 de la calle 29 de Agosto.

La víctima, identificada con las iniciales I.U.L.C. (58), contó que los extorsionadores también dejaron una carta con amenazas en donde le exigen el pago de S/ 50 mil para no atentar contra su vida ni la de sus seres queridos.

Este caso ya fue denunciado en la dependencia policial del sector, que ya habría iniciado las investigaciones.

En la calle Amazonitas de la urbanización La Rinconada, en Trujillo, delincuentes atacaron por segunda vez a una familia. Hace una semana, detonaron un explosivo en la puerta de la casa y ahora, la noche del último miércoles, dejaron otra dinamita, pero en el jardín situado frente a su inmueble.

Los delincuentes estarían pidiendo, a través de mensajes de WhatsApp, un cupo de S/ 50 mil para no continuar con los ataques.

La Policía no descarta que ambas extorsiones hayan sido ejecutadas por la organización criminal “La Jauría”, que cobraría cupos en esas zonas.

Panadería

En el centro poblado Ciudad de Dios, en el distrito de Chao, en Virú, maleantes atacaron la panadería y pastelería Vigo, situada en la calle Las Poncianas, frente al mercado de ese lugar. La dueña de este negocio contó que a las 7 de la noche del miércoles, delincuentes arrojaron un explosivo cuando atendían a clientes.

El artefacto, por suerte, no detonó por un mal encendido, pero alarmó a usuarios y trabajadores, que dieron aviso a la Policía.

Lo extraño de este caso es que los delincuentes le habrían dicho a su víctima que para iniciar las negociaciones extorsivas, primero, debía entregarles una caja de panetones.