Sus obras constituyen un inquietante viaje por la cotidianeidad y, al mismo tiempo, una reflexiva mirada hacia adentro y hacia afuera.
Sus obras constituyen un inquietante viaje por la cotidianeidad y, al mismo tiempo, una reflexiva mirada hacia adentro y hacia afuera.

¡Qué grato es encontrarnos con libros sencillos, pero cargados de imágenes, ironías y sentidos trascendentes! ¡Pero, sobre todo, qué vital resulta la lectura de historias cautivantes que se quedan resonando en nuestra conciencia!

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Esto es lo que provocan los libros de Sixtilio Rojas Gamboa, artista plástico y escritor nacido en Salpo en 1951. Sus obras constituyen un inquietante viaje por la cotidianeidad y, al mismo tiempo, una reflexiva mirada hacia adentro y hacia afuera.

Ningún lector transita por sus relatos de modo indiferente. La brevedad de los textos, la sencillez del lenguaje y la destreza narrativa del autor nos llevan de la mano. Pero, en ese transitar, las historias de Sixtilio Rojas nos elevan y nos sueltan… Y, en ese vaivén, el humor y la magia nos inquietan… y nos poseen.  

Desde sus publicaciones iniciales, se hacía evidente la destreza narrativa de Sixtilio. En “La noche mágica”, por ejemplo, hechos anecdóticos se convierten en cautivantes historias, gracias a la habilidad del autor para construir tramas envolventes, con finales mágicos, sorpresivos o aleccionadores.

Así nos lo revelan relatos como “Gaviotín de pico rojo”, “Encanto de ruta”, “Ayudando a buen morir”, “Loco Cochique”, “La chicha de don Andrés”, “El hombre de la ventana” y “María en el puerto”.

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Pero no solo es su destreza narrativa. En su proceso de crecimiento como escritor, ha incorporado el recurso del humor. Este recurso, enriquecido por la magia y por la incorporación de lo sobrenatural en la historia, eleva sus cuentos a una categoría universal, pues retratan al ser humano en su intimidad, en sus incoherencias, en sus conflictos, etc., más allá de los límites geográficos o de las peculiaridades socioculturales.

Como muy lo señala el editor y escritor colombiano Guido Tamayo Sánchez, “el humor libera al hombre de su tensión con la sociedad y consigo mismo. Este acto de liberación (…) ilumina con sabiduría crítica los aspectos más ocultos de la condición humana. En consecuencia, se podría asegurar que el humor es tal vez la actividad crítica más gozosa que posee el hombre”.

Y esto es justamente lo que logra Sixtilio Rojas con RUMOR DE LA NOCHE, su libro de cuentos publicado en junio de 2021. Los nueve relatos de este sencillo y, a la vez, seductor libro constituyen en sí mismos pequeñas obras de arte cargadas de invisibles saetas que nos desnudan y nos invitan a contemplarnos en esa desnudez.

Como muy bien lo señala Carlos Valencia, en el prólogo del libro, “es necesario relevar al humor que se presenta en la mayoría de las historias. Este recurso convierte al libro en un texto entretenido que envuelve al lector en la complicidad de sus protagonistas.”

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Y así es. En “Cuando la leche hierve”, el autor nos devuelve aquellos sabios consejos de nuestras madres (y los de la sabiduría popular). Con ironía y con un toque de hilaridad nos arrastra por ese irrefrenable vértigo que produce el éxito, pero también nos vuelve testigos del doloroso aprendizaje que trae el fracaso. Lamentablemente, Eugenio (el protagonista) solo pudo comprender el sentido de la frase cuando el fracaso era irreversible.

“Que siga el entierro”, por su parte, es también un hilarante relato lleno de ironía y de sabiduría popular. La analogía entre el pirgüish y Teodorico (un niño súper haragán) resulta más que aleccionadora. La costumbre popular de enterrar vivos a los haraganes era “cosa seria”. Gracias a esta seriedad, Teodorico aprendió la lección.

“Rumor de la noche”, el cuento que da el título al libro, es una historia envolvente con un desolador final. En medio de suposiciones y versiones extravagantes, Orlando se deja arrastrar por una marea de gente. Como en los relatos anteriores, los dichos o las frases populares nos conducen a un doloroso encuentro con la verdad: la infidelidad... Por lo general, “todo el mundo lo sabe, menos el interesado” (reza el dicho).

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En “La venganza del muqui”, Sixtilio nos encara ante vicios tan humanos como la avaricia y la ambición, pero también desliza el necesario cuestionamiento a ese afán destructivo del ser humano (todo por alcanzar la riqueza) y a los riesgos que trae consigo el “desarrollo tecnológico”. Menos mal que fuerzas sobrenaturales nos están vigilando.

De los cinco cuentos más que conforman el libro (“El castigo”, “Yo no lo maté”, “La otra playa”, “No hay pase” y “El penitente”), quiero destacar “La otra playa”. Este cuento posee cualidades muy valiosas: por una parte, incorpora el elemento mágico y sobrenatural (la desaparición que se sobrepone a la muerte); por otra parte, representa el irrebatible amor en medio las peripecias por las que pasan los pescadores artesanales; y, por último, nos invita a reflexionar en las consecuencias del crecimiento de la industria pesquera.

Parafraseando a Guido Tamayo, les invito a leer los cuentos de Sixtilio Rojas. No tendrán pierde. RUMOR DE LA NOCHE es un libro cargado de sencillas historias, pero con gran contenido humano y, especialmente, con ese toque mágico y humorístico que nos engancha y nos ilumina. ¡Vale la pena leerlo!

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