Los personajes de las novela son realmente fascinantes. Así tenemos a Yaco, por ejemplo, es un loco hermoso, troglodita desaforado, el Rey de los locos de la Parada.
Los personajes de las novela son realmente fascinantes. Así tenemos a Yaco, por ejemplo, es un loco hermoso, troglodita desaforado, el Rey de los locos de la Parada.

La novela “” tiene un inicio mágico, una desbordante imaginación de juegos, vivencias, sueños, realidades o ensueños en la Parada (Tacora). Se trata de un divertimento creativo y reflexivo, con una gran dosis de ingenio y buen humor. La narración de las historias es atractiva, vivencial; describe el entorno y crea atmósferas imaginarias y cotidianas.

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Humareda, el pintor, es un espíritu creativo y soñador, entregado en cuerpo y alma al arte. Sus colores pastosos y potentes iluminan de luces brillantes a Lima gris y a sus poblados cerros, pintando de rosa sus opacos horizontes. Los niños lo siguen, lo ven extasiados, como un ave a punto de despegar.

La luz y la sombra

El entorno del pintor está poblado de personajes marginales de la Parada; seres tocados por el cielo y el infierno. Y, también, por entes imaginarios como Marilyn, Goya, Sócrates y otros más.

Los personajes de las novela son realmente fascinantes. Así tenemos a Yaco, por ejemplo, es un loco hermoso, troglodita desaforado, el Rey de los locos de la Parada. Perseguidor impertinente del pintor; aparece en cualquier momento y empieza a corretearlo en idas y vueltas laberínticas y graciosas.

Aldebarán: cineasta, sastrecillo y coleccionista. Lleva a sus amigos a lugares extraños para ver películas secretas, e inéditas como las de Marilyn.

Pochiño, el “Arlequín”, llegó siendo joven de Bahía y aprendió en la cárcel el arte de hacer reír. Vive siempre con los pies en la tierra y el alma en el cielo. Calatrava: comerciante, fanático de los comics, coleccionista de arte en “Tacora Motors” (en tercera dimensión), exhibe obras de Boris Vallejo, Andy Warhol, Hernández, Merino, Baca Flor y el primer y único ejemplar de la revista Play Boy que contiene fotografías de la diva desnuda. Ferviente y obsesivo admirador de Marilyn, Humareda nunca se imaginó que habría un fanático más loco que él. Madeleine: la Marilyn del prostíbulo “La Nené”. El chino Pom: un fotógrafo que persigue al perseguidor Yaco, quien desea sacarle una toma instantánea para la posteridad.

Macarios: periodista acucioso y obstinado; poeta alucinado. Sócrates: el pensador, consejero del pintor, con quien mantiene diálogos permanentes en el sillón que lleva su nombre. Marilyn: la diosa de Humareda, de quien está enamorado con evidente locura. El Mago Merlín: Ser etéreo de profundos sentimientos por la música y la pintura. Coleccionista de obras de la corriente indigenista, Frida Kahlo, Vargas, Modigliani, Munch, Picasso.

El hablar cotidiano de los personajes es rico y delicado en el uso de decires y dichos populares. Algunas historias se desarrollan en lugares tradicionales de la época como el “Palermo”, el “Huerfanitos” y “La Nené”, el paraíso del pintor.

En un momento del relato, aparece en la Parada el Hombre de la Triste Figura, mientras Humareda prepara una exposición pintando al Quijote, Sancho, Madeleine la bella Dulcinea de la Parada y el rocinante con alas cual Pegaso. Se realizan puestas teatrales originales y de películas como “La rueda de los siete pecados capitales” de Fellini y el “Mago de Oz” en el set del laberíntico Castillo de Tacora Motors, espacio en tercera dimensión.

En este mundo mágico paralelo aparecen personajes literarios como “Santiago el pajarero” y alucinaciones del pintor: “Yo fui el que le dio la cicuta a Sócrates y tuve pesadillas por varias generaciones”. “Conversando con él aprendí que la muerte no existe, la vida es la escuela del espíritu, la belleza está dentro de nosotros; la amistad, la fraternidad es cosa seria”.

En el universo imaginario del protagonista aparece Marilyn la diva del mundo, en el bello planeta Arkaad, también llamado el Planeta Rosa de los artistas, ubicado en la quinta dimensión, un lugar donde se ha superado la miseria, el egoísmo y se practica la paz, la poesía, el arte y se respeta con pulcritud a la naturaleza. Los seres de este planeta nos llevan miles de años de distancia en evolución.

La narración avanza con sarcasmo y humor, con un lenguaje poético y mediante modernas técnicas de narración, con las cuales logra pasar de lo imaginario a lo real y cotidiano con mucha naturalidad.

La lectura de la novela es ágil, divertida y rápida… es decir, tanto divertimento para el contraste final: la triste tragedia del cáncer, royendo el cuerpo y el alma de Humareda, de este entrañable ser.

Ladislao Plasenki ha creado, o recreado una realidad artística, un canto al gozo al placer del arte, una Oda a la alegría, a la manera de Beethoven.

Arte y ensoñación

En la segunda parte de la novela, Plasenki desarrolla un tono más reflexivo, pero igual sarcástico e imaginativo.

En su ensoñación, el artista logra su anhelado sueño: visitar y conocer a Marilyn en su esplendoroso Castillo de las Mil Agujas de Arkaad, el planeta del arte, donde se ha derrotado a la muerte y en la que los viajes estelares e interdimensionales son comunes, puesto que viven en la Era Galáctica. Allí Humareda recorre el deslumbrante Gran Museo del Mundo, donde se exhiben sus obras y la de los más importantes pintores de nuestra historia. También allí escucha en la mágica Sala de Música conciertos de Beethoven, Brahms, Bach y los Beatles.

Las ensoñaciones de Humareda nos atrapan, se tornan creíbles a través de un derroche de imaginación, evocación y sarcasmo. Las visitas al “EMPIREO” parecen por momentos casi reales, así como el encuentro con su maestro Goya, quien le presenta su obra la “Nueva maja”, que no es otra cosa que Marilyn desnuda, de pie mirando de perfil.” Es una belleza de otro mundo”. El hecho deslumbrante de ver de escuchar a Beethoven tocando el “Claro de luna” y mirar la película de Arthur Miller con Marilyn Monroe de protagonista lleva al lector a extraños ensueños.

Mientras Víctor Humareda, El ave soul de Ladislao Plasenki, viva en nuestros corazones, veremos a su espíritu solitario en algún local tradicional, tomando su cafecito con unas gotas de leche fresca (el manjar de los tiempos), acompañado de un delicioso sanguche de jamón serrano. Asimismo, lograremos viajar con él para observar juntos y emocionados su obra, en el Gran Museo del Mundo de Arkaad, el Planeta de los artistas.