El monto por penalidades en la obra de saneamiento de los doce pueblos jóvenes de Pomalca asciende a S/ 6 millones. Un peso que, al parecer, el Consorcio Progreso, responsable de la ejecución de este esperado proyecto, no está dispuesto ha aceptar.
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Aunque este sería el principal motivo de disconformidad de dicho contratista, eso no evita que este lunes 18 de abril sus representantes se reúnan con los funcionarios de Epsel S.A. para el inicio de un proceso de conciliación, que tiene como único objetivo que las partes superen las diferencias y así poder concluir la obra.
El gerente de Proyectos y Obras, Jorge Fallaque señaló a Correo que “hay predisposición para superar esta situación, pero dentro del marco legal”.
Serán dos sesiones de trabajo con el contratista, por lo que a fines de este mes, o unos días más, ya se podría conocer el resultado.
Fallaque explicó que las penalidades parten de los informes del supervisor, que detectó problemas técnicos e incumplimientos.
Aún queda por culminar el 25% del proyecto, pues no se ha construido el reservorio.
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Nada es seguro
Fuentes de Epsel indicaron que esta empresa solo aceptará aspectos que tengan base legal.
“Hay la predisposición siempre y cuando los pedidos sean legales, no serán flexibles porque sí, ya que ello podría acarrear consecuencias legales y penales”, indicaron a esta publicación.
Pero la demora, que afecta a decenas de vecinos, surge por ambas partes. La gerencia general alista un informe para que la Contraloría General analice el rol de los involucrados, y se determinen las sanciones que correspondan.
El proyecto está paralizado y el riesgo de que quede inconcluso no se ha desvanecido.
Para Epsel todo depende de la predisposición que tenga el consorcio.
De paralizarse, la entidad podría recurrir a los adicionales, a modo de solución, aunque por ahora prefieren no precisar cuánto es ese monto.