Reos en cobro de cupos a violadores en el penal de Chiclayo

El interior de muchos centros penitenciarios del país continuaría siendo un “negocio redondo” para muchos delincuentes que purgan condenas por delitos graves. Tan solo en el penal de Chiclayo, ubicado en el distrito de Picsi, fuentes de Inteligencia revelaron que se ha detectado una banda de hampones conformada hasta por 10 presos que pretende tener el control en todo el recinto.

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Cabecillas

Los cabecillas serían “Chino Malaco”, quien es natural de Lima; “Gato Casas” y “Salvador”, de Trujillo, así como los parientes de “Mono Tandazo”.

Ellos actualmente se estarían dedicando al cobro de cupos a todos los reos que ingresan por los delitos contra la libertad sexual, en las modalidades de violación sexual, actos contra el pudor, entre otros, para de esa manera poder brindarles “protección” y que no les hagan daño.

Esto debido a que supuestamente anteriormente a los violadores les aplicaban la frase “Ojo por ojo, diente por diente”, o sea los hacían pagar por aberrante hecho contra sus víctimas, más aún si son menores de edad.

“Se tiene conocimiento que les cobran de inscripción desde S/ 2,000 y de manera mensual deben pagar algo de S/ 500 hasta S/ 300. Les dan un plazo para que paguen, de no hacerlo, los golpean y bueno también los violan. Lo peor del caso que estos internos Gato Casas, Chino Malaco, a los hijos del Mono, tienen hace varios años en la cárcel de Chiclayo y nunca los lanchan a otros penales, estos están bien amarrados con las autoridades penitenciarias”, sostuvo un investigador.

Asimismo el detective dio a conocer que esta mafia también sería la que dirige las invasiones desde el establecimiento carcelario y los que ordenan si hay que matar o no a los que se interpongan en su camino.

Actualmente tratarían de apropiarse de los terrenos ubicados en la localidad de Lambayeque, en donde hasta la fecha dos hombres han sido asesinados y un dirigente herido de bala.

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Droga

Otro rubro es el ilícito negocio de la venta de drogas, allí los encargados serían alias “Chipana” y “Robert” en los pabellones B4, C1.

Mientras que (a) “Carloncho” es que atemorizaría a todos los presos nuevos.

“La droga entra al penal como si fueras un pan y eso hasta ahora no se sabe cómo, porque cuando los servidores del INPE hacen operativos solo agarran con gramos, pero allí meten kilos del estupefaciente, hablamos de pasta básica de cocaína y marihuana. ¿Cómo pues? Sabemos que si no hay droga los presos se alocarían también. Otros cobran por la concesión de gaseosas, economatos, entre otros. También habría prostitución y según una fuente de adentro dice que cobran hasta 100 soles para ingrese una mujer a tener relaciones con el reo que lo solicita. Todo sería corrupción en confabulación con malos agentes penitenciarios“, añade.