En lo que va del presente año, la Subgerencia de Servicios Sociales de la Municipalidad Distrital de Mórrope, en la región Lambayeque, logró detectar 40 casos de violencia sexual contra menores de edad, en su mayoría niñas y adolescentes. Una cifra construida por quienes se atrevieron a denunciar y que evidencia la gravedad de la violencia en sus distintas manifestaciones en nuestra sociedad.

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“Lo que más atendemos aquí es la violencia que sufren mujeres por parte de sus parejas y la violencia sexual contra menores, niñas y adolescentes. Si nos enfocamos en Mórrope, aquí persiste la idea de que la mujer debe someterse al varón y una vez que se casa dedicarse a su hogar”, anota Katherine Flores Ojeda, psicóloga de Servicios Sociales de Mórrope.

Además de este palpable machismo, está el problema de haberse normalizado que menores de 13 o 14 años de edad contraigan matrimonio o empiecen a convivir con hombres que les superan en edad. Aunque en dicha localidad se considere como una costumbre, es innegable el riesgo de que se utilicen unas nupcias para ocultar actos vejatorios.

“Hemos encontrado que los agresores son casi siempre personas que viven cerca de la víctima. En el peor de los escenarios, el atacante es el hermano, el padrastro o el padre. Para las madres es difícil denunciar cuando se trata del cónyuge, porque las amenazan de muerte o con que ya no les alcanzarán la pensión alimenticia”, detalla Flores.

La Subgerencia de Servicios Sociales de Mórrope trabaja en campañas de prevención en colegios y espacios públicos, para que los ciudadanos conozcan que una agresión, sea física, psicológica o sexual, debe ser denunciada ante la autoridad. Pero en la comuna reconocen que aún es difícil llegar a todos los caseríos, pues estos suman 60.

Cuando ocurre un hecho de violencia, los moradores de Mórrope suelen acudir a la Defensoría Municipal del Niño y el Adolescente (Demuna) en búsqueda de ayuda, pero eso no frena a los agresores, quienes solo sienten el peso de la ley cuando interviene directamente la Policía Nacional, según refieren los testimonios que llegan a Servicios Sociales. “Aquí en Mórrope se tiene que erradicar el machismo, es un ciclo que continúa, y es vital educar a las niñas y niños en sus derechos”, remarcó la especialista.

A raíz de los asaltos donde las víctimas mujeres fueron violentadas sexualmente, el municipio y la Comisaría PNP acordaron o redoblar los patrullajes. La alcaldesa, Janet Morales Pasache, explica que estos actos de crueldad no se veían, pero que podrían estar ligados al incremento del alcoholismo y la drogadicción entre los jóvenes. “Estamos trabajando para que el ministerio de la Mujer implemente un CEM en Mórrope y además un centro de atención para la salud mental de nuestros niños y jóvenes”.

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