La informalidad en el sector transporte público es un dolor de cabeza para choferes de distintas localidades.
Al igual que en Chiclayo, Ferreñafe experimenta, desde la pandemia por Covid-19, un aumento considerable de unidades que prestan el servicio de traslado de pasajeros, pero que no cuentan con los permisos municipales.
Su actividad va viento en popa ante la poca acción desde la municipalidad provincial y la Policía Nacional.
Fuentes conocedoras del tema informaron a este diario que se han identificado alrededor de 400 vehículos de distintas modalidades, algunos incluso circulan con lunas polarizadas, que ingresan a la Tierra de la Doble Fe para llevar usuarios hacia Chiclayo.
“Están empoderados porque trabajan con policías retirados o exagentes de seguridad”, expresó un informante que pidió mantener su identidad en reserva para evitar represalias.
Aunque los choferes formales han pedido más acción al área de Fiscalización de la comuna ferreñafana y a Tránsito de la PNP no han logrado mayor resultado, ya que las intervenciones tienen efecto solo algunas horas.
Además, se tiene conocimiento de tres paraderos informales que se ubican en los exteriores del supermercado Precio Uno en el límite de Ferreñafe y Pueblo Nuevo, en la avenida Tacna y en las afueras del Molino Chisco Blanco.
“No vemos un control de rutas. Desde Tránsito no se ven resultados con sus inspectores. Incluso sabemos que hay órdenes para que no sean intervenidos”, afirmó una fuente que conoce de cerca estos sitios sin autorización.
Para que se note la diferencia, los choferes de Ferreñafe no pueden ingresar al anillo vial de Chiclayo, que empieza en la avenida Sáenz Peña pero los informales cuentan con paraderos para estacionar en tramos céntricos de Balta y Arica.
“Nosotros llegamos hasta el Terminal Epsel y por ahí cerca queda un grifo donde están los informales y la Policía no hace algo para controlar”, agregó el entrevistado.
La Asociación de Transportistas Unidos Ferreñafe- Chiclayo informó que en dicha localidad funcionan 10 empresas formales, de las cuales el 50% trabaja dejando un día. A diario dejan de percibir un monto aproximado de S/ 5 000 por la competencia desleal.
En cambio, los conductores ‘piratas’ pagan S/ 300 para empezar a trabajar y luego cada conductor debe cumplir con una cuota al día por la cantidad de S/ 8, que supuestamente va a un fondo para regularizar sus licencias.
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