Nuevas evidencias confirman irregularidades en el caso del feminicidio de Sheyla Cóndor, quien fue hallada descuartizada en noviembre de 2024. Videos obtenidos revelan que el suboficial Darwin Condori, principal sospechoso, ingresó a la Comisaría PNP Santa Luzmila el día de los hechos, aunque la Policía inicialmente negó haberlo visto. Según el Estudio Arbizu y Gamarra, las imágenes entregadas estarían manipuladas para ocultar su salida, señalando un posible encubrimiento.
El caso, a cargo del fiscal Alejandro León, ha estado plagado de contradicciones y una aparente falta de transparencia. La familia de Sheyla y su equipo legal han denunciado retrasos y obstrucciones en la investigación, cuestionando el rol de algunos efectivos policiales. Además, destacan que dos agentes clave se negaron a entregar sus celulares como parte de las diligencias, levantando sospechas sobre el manejo de pruebas.
Darwin Condori, señalado como el autor del crimen, fue encontrado muerto en un hostal días después en circunstancias que apuntan a un posible suicidio. Sin embargo, el abogado Aarón Alemán advierte que hubo negligencias en el levantamiento de su cadáver, lo que refuerza la hipótesis de encubrimiento.
La madre de Sheyla, Elsa Torres, exige justicia y denuncia la desidia policial desde el inicio. “La impunidad no puede ser la norma”, reiteran los abogados, quienes piden sanciones para los responsables, no solo del crimen, sino también de las aparentes maniobras para ocultar la verdad.
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