Funcionarios de Fondepes y del Gobierno Regional de Piura llegan este lunes a la zona para verificar los daños en la infraestructura.
Funcionarios de Fondepes y del Gobierno Regional de Piura llegan este lunes a la zona para verificar los daños en la infraestructura.

Luego que el desembarcadero artesanal de Máncora fue declarado en emergencia por las autoridades marítimas, debido a que su infraestructura está a punto de colapsar por la antigüedad en su construcción y los fuertes golpes de las olas durante los fenómenos climáticos, una comitiva de Fondepes y el GORE inspeccionarán el lugar.

Así lo informó Jorge Guerrero Chinchay, administrador del desembarcadero, quien señaló que ha sido informado que una comitiva de trabajo integrada por ingenieros estructuristas de Fondepes y el Gobierno Regional de Piura, arribarán el lunes 29 de noviembre al populoso balneario talareño para evaluar los daños y emitir los informes correspondientes.

Posteriormente, se elaboraría un expediente que contenga trabajos de remodelación y mantenimiento del desembarcadero pesquero, el cual podría ser financiado por Fondepes y el Gobierno Regional de Piura.

Los pescadores y administrador del desembarcadero de Máncora se mostraron satisfechos y con la esperanza que el problema se solucione rápidamente para que puedan seguir con sus actividades u faenas diarias con la que lograr llevar el sustento diario a su hogar.

El pasado jueves 18 de noviembre, personal de la Capitanía del Puerto y gremio de pescadores, corroboraron, a través de una inspección, que la infraestructura de la parte baja del desembarcadero está a punto de colapsar debido a la antigüedad en su construcción, por lo que consideraron conveniente declararlo en emergencia.

Guerrero Chinchay refirió haber advertido y solicitado la ayuda al Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (Fondepes) con la finalidad de que se asigne presupuesto para que se realice trabajos de reparación del desembarcadero pesquero artesanal.

Ello habría generado que se tome como medida de prevención y pese al rechazo de algunos pescadores, restringir el acceso de las unidades a la zona de embarque.