A pesar de las estadísticas, los especialistas aseguran que la tercera ola sí sucederá. Agregan que existe un relajamiento de las medidas sanitarias y que la presencia de la variante delta incrementa las posibilidades de mayor casos de personas contagiadas.
A pesar de las estadísticas, los especialistas aseguran que la tercera ola sí sucederá. Agregan que existe un relajamiento de las medidas sanitarias y que la presencia de la variante delta incrementa las posibilidades de mayor casos de personas contagiadas.

A pesar de la notable y evidente disminución de muertes, según el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef) en la región Piura en los últimos meses, los especialistas en salud afirman que no se puede descartar la ocurrencia de una tercera ola del COVID-19, mucho más ahora con los 22 casos confirmados de la variante delta, en la que se registran niños, así como el relajamiento de las medidas sanitarias.

Estadísticas

Según el Sinadef, en los primeros 9 meses del año (al 19 de setiembre), Piura registra 10,628 decesos por diferentes causas.

En el mes de marzo, Piura registró 1495 decesos, en abril hubo 2335 muertes, en mayo bajó a 1710, en junio llegó a 1005, en julio siguió bajando a 743, en agosto llegó a 703 y en lo que va de setiembre hay 356 decesos.

Para el exjefe de Epidemiología de la Diresa de Piura, Edward Pozo, la tercera ola del COVID-19 “se está demorando en llegar” y por lo tanto hay que estar preparados para afrontarla.

“Se está demorando un poco en iniciar (la tercera ola) y hay que irse preparando. En todos los países donde se han registrado terceras olas e inclusive países con mejores coberturas de vacunación y mejor sistema de vigilancia que el de nosotros, habido tercera ola, es casi imposible que no se registre. La tercera ola sucederá, pero no nos estamos preparando”, sentenció Pozo.

Reprochó el demasiado relajamiento de los protocolos sanitarios por parte de la población. “No usan bien la mascarilla, hacen fiestas, hay reuniones y aglomeraciones, más bien estamos incrementado el riesgo de inicio de la tercera ola”.

Criticó que no existe un fortalecimiento de los centros de salud del primer nivel de atención, por lo que no se está registrando los casos del COVID-19 y por eso no se refleja en las estadísticas como, es el aumento de casos de la variante delta, la cual tiene un alto grado de contagio, a diferencia de la cepa original.

“Está tan deteriorado el primer nivel que no estamos registrando los casos que se están presentado. Tenemos ya la variante delta y eso significa que deberíamos tener por cada uno de esos casos alrededor de 7 y 8 casos más, es decir más de 200, pero eso no se evidencia en el sistema de vigilancia. La gente no llega al centro de salud, va a un privado o llama a un médico. No confundamos el hecho de que no se registran los casos, en que no existan. La sala de Piura dice que tenemos más de 5 mil fallecidos y el Minsa más de 12 mil”, sentenció.

Explicó que el “retraso” de la tercera ola, es según el comportamiento de las variantes. “Delta empezó en el sur, las anteriores olas empezaron en el norte y los del sur terminaban en la cola. Piura tuvo su mayor número de casos en una fecha y Arequipa dos meses después (…), es una condición de las pandemias”.

Para el infectólogo César Guerrero, esa disminución no puede descartar la tercera ola.

“El número de defunciones ha disminuido, pero nunca se debe descartar una tercera ola, lo que se tiene que hacer es reforzar para seguir manteniendo, no se debe esperar que suba para recién tomar acciones. Si se sigue el proceso de vacunación se podría tratar de controlar esta tercera ola, pero nunca se puede decir que estamos libres porque el comportamiento de un virus es bastante impredecible”.

Mostró su preocupación por la presencia de la variante delta, que es más contagiosa que otras, pues aún no se ha logrado la inmunidad de rebaño. “Hay que tener mucho cuidado con confiarse con las cifras, las cuales son alentadoras, pero no se puede decir que no vamos a tener tercera ola, porque vamos a tener un grupo de población que no estará inmunizada, sobre todo la población pediátrica, como está sucediendo en otros países. Hay una tendencia alentadora, pero sería un error confiarnos”.

Recomendó reforzar e implementar el primer nivel de atención para realizar los diagnósticos tempranos y seguimientos e inclusive tener la capacidad de hospitalización de 24 horas.

Sugirió que si se inicia la tercera ola, la vacunación podría realizarse en los centros de salud para evitar las aglomeraciones.

“Cada centro de salud se encargue de vacunar a su zona y se evitaría los conglomerados y por ende la transmisión porque no debe parar (vacunación)”, finalizó.

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