Tras el fallo, la Policía acudió a sus viviendas para cumplir con la orden del juez, pero se dieron con la sorpresa que habían escapado.
Tras el fallo, la Policía acudió a sus viviendas para cumplir con la orden del juez, pero se dieron con la sorpresa que habían escapado.

Dos hermanos que cumplían arresto domiciliario en y , mientras eran investigados por tráfico ilícito de drogas, fugaron de sus viviendas después de ser sentenciados.

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Extrañamente, la Fiscalía de Piura y el Poder Judicial de Sullana no tomaron las medidas respectivas y recién después de la audiencia dispusieron a la Policía que los imputados sean ubicados en sus inmuebles, pero estos ya habían fugado.

Fuga

Se trata de los hermanos Gilberto (68) y Julio Melanio Calva Torres (64) , quienes por mandato judicial cumplían una orden de comparecencia restringida en la modalidad de arresto domiciliario en Sullana y Piura, respectivamente.

Gilberto Calva cumplía arresto domiciliario en la calle Santa Clara 311 del A.H Sánchez Cerro, en Sullana. Mientras que su hermano, Julio, lo hacía en la calle Pachacútec 1205 del distrito de Castilla, en Piura.

La audiencia de adelanto de fallo se programó para el último miércoles, a las 2:00 p.m. Allí, ante la presencia de los representantes de la Fiscalía Especializada en Tráfico Ilícito de Drogas de Piura, el titular del Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Sullana, Manuel Valdivieso Carhuachinchay, dictó 11 años de pena privativa de la libertad efectiva para Gilberto y 15 años de prisión para Julio.

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Tras la audiencia, a las 3:41 de la tarde de ese día, la Policía recepcionó el oficio 846-2022-FETID-Piura, donde la Fiscalía solicitó que “tomen las medidas para evitar una posible fuga de Gilberto Calva”.

Sin embargo, al acudir a la casa del imputado, los agentes encontraron a una mujer que les informó que Gilberto había salido. Ante esto, ingresaron a verificar los ambientes comprobando que había fugado. Inmediatamente acudieron a la vivienda de su hermano Julio, en Piura, pero también había fugado.

Según la Policía, ellos cuentan con una orden de verificación itinerante y no permanente de los procesados en sus viviendas como lo hacían con los ahora prófugos.