Era el 1 de mayo de 2019, cuando Ademir Condori Condori (33) fue embestido por una camioneta que nunca fue identificada. Él se trasladaba en una motocicleta lineal en el distrito de San Pedro de Putinapunco (Sandia), pero nunca llegó a casa; en cambió fue desbarrancado, producto del cual quedó parapléjico.
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El resto de su vida fueron solamente desgracias, pese a las intervenciones médicas, los golpes le afectaron la columna cervical, lo que le impide mover sus extremidades. Ahora, es prácticamente un vegetal. Ademir vive al cuidado de sus padres, quienes son los únicos que se quedaron, su esposa lo abandonó llevándose a sus dos menores hijos. “No los veo desde hace dos años, pero mis hijos están a su lado”, afirma Ademir.
Su lucha
No es que Ademir no lo haya intentado, al principio hizo los esfuerzos para recuperarse, incluso se sometió a una operación de columna en Arequipa, sin embargo, los médicos no le dieron mayores esperanzas para recuperar su movilidad.Como el dinero se le terminó, tuvo que refugiarse en el campo; ahora sobrevive en el centro poblado de Pomaoca (Moho), al cuidado de su madre y padre, quienes deben de alimentarlo, limpiarle, curarle las heridas y orar porque los dolores disminuyan. Es que estar cuadrapléjico no solo es perder la movilidad de las extremidades, sino sobrellevar las consecuencias de la paralización del cuerpo.
“Me han salido heridas en la espalda, mi mamá es la que aprendió a curarme, no puedo hacer otra cosa”. Lo cierto que es Ademir, a sus 33 años, perdió la esperanza de volver a caminar, es absolutamente dependiente de otros, pero no todos están dispuestos a ayudarlo, o no siempre. “Mis hermanos me ayudaron, pero todos tienen familia, ellos se ocupan de ellos mismos”, comenta.
Las personas que estén dispuestas a ayudar a este joven pueden contactarse con Ademir a través del número: 951332832.