Unos 40 ganaderos de Tacna denunciaron la decisión unilateral de los matarifes del Camal Municipal Mario Eyzaguirre Yañez de restringir el sacrificio de reses, en aparente represalia por haberles impedido quedarse con parte de la carne durante la faena, una práctica que estos consideran un “derecho adquirido”.
Según explicó Juan Hinojosa Marón, usuario del camal, los matarifes solían llevarse al día alrededor de 30 kilos de carne por persona, equivalentes a dos baldes de restos valorizados en 400 a 450 soles, entre los que se incluían carcasas de menudencia, carne del cuello, tronco, malaya y cacharreas. “El robo era demasiado”, declaró.
Desde esta semana, los ganaderos se han opuesto a esa práctica. Como reacción, los matarifes redujeron el sacrificio al 20% del total habitual. Este lunes se procesaron solo una fracción de las reses programadas, y este martes, a pesar de haberse firmado un acta en presencia de un funcionario de la Municipalidad Provincial de Tacna para retomar las actividades sin apropiación de carne, los matarifes se niegan a cumplirla, acusaron los productores.
El conflicto ha escalado a tal punto que, según Hinojosa, se ha acordado no sacrificar ningún animal hasta que se restablezcan condiciones equitativas para todos. El martes 3 de agosto había 170 reses listas para faenado, pero ninguna fue procesada.
Los ganaderos también señalaron que, anteriormente, los 20 a 25 matarifes del camal —la mayoría trabajadores permanentes o repuestos judicialmente— faenaban cerca de 80 reses diarias, sin contar los cerdos. Ahora, alegan que solo estarían dispuestos a sacrificar 20 animales por día, con lo que buscan forzar una negociación bajo sus condiciones.





