Los niños que están varados con sus padres y están varios días en el campamento de migrantes en territorio chileno al no poder ingresar al Perú por no contar con la documentación en regla, sufren las consecuencias por permanecer a la intemperie y estar expuestos a las bajas temperaturas por el otoño. El médico pediatra con 40 años de experiencia profesional y presidente de la Adhesur (Asociación de Derechos Humanos del Sur), Manuel Ticona Rendón, ayer acudió al límite fronterizo y constató que entre los migrantes había 35 niños menores de cinco años, de los cuáles examinó a 12 y constató que 10 de ellos tenían problemas de respiración aguda, como ser bronquitis, faringitis y resfriados comunes.
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Entregan medicinas
Ticona también dijo que otros niños migrantes tenían diarrea y dos varones mayores de 60 años presentaban inflamación de garganta, ello a consecuencia de mala alimentación y exposición a las bajas temperaturas, por lo que a todas esas personas afectadas se les entregó medicina, entre jarabes y sueros (Electro oral).
El representante de Adhesur indicó que en la pampa fronteriza repartió entre los migrantes un total de 300 botellas de agua mineral, 100 latas de leche para mujeres con hijos menores de dos años que aún lactan, bolsas con galletas y caramelos, y otros.
Ayuda humanitaria
Otras instituciones y personas peruanas y chilenas también acudieron a la línea fronteriza llevando ayuda material y moral para los migrantes varados, como representantes de la comuna de Arica (Chile) con seis baños químicos y un grupo de especialistas para hacer que los niños participen de juegos y se distraigan.
Para los efectivos de la PNP, ayer fue otro día casi tranquilo en el cumplimiento de su servicio en la frontera para impedir el ingreso de los migrantes, ya que las personas varadas no les provocaron con agresiones ni intentos de ingresar a territorio peruano en masa; tampoco bloquearon el tránsito vehicular por la vía Panamericana Sur como otras veces.
Burla control policial
Un incidente menor se registró antes del mediodía. Un joven migrante, que tendría de 25 a 30 años, burló el cordón policial de la línea La Concordia, corrió desde suelo chileno al peruano por la pista de la vía Panamericana Sur hasta las cercanías del complejo fronterizo Santa Rosa, pero fue perseguido y alcanzado por policías, luego reconducido al campamento en el lado chileno.
Interés en vuelo
Hasta anoche la situación se mantenía en calma en el sitio de los migrantes. Algunos residentes de las carpas se habían enterado de la información de una autoridad chilena sobre la confirmaron de la llegada a ese país de un avión desde Venezuela para un vuelo humanitario. Varios ciudadanos del país llanero tomaron interés sobre el asunto y pedían la presencia de representantes de su embajada para les empadronen y poder optar de un cupo en ese vuelo humanitario.
Se conoció también que los agentes de la PNP hacen relevo cada ocho horas para el servicio de control en la línea fronteriza, en escuadras de 30 policías, para mantenerse expectantes a la altura de la pista de la Panamericana Sur, mientras otro contingente policial está por los alrededores de la pampa fronteriza.