Pacientes viven un drama en hospitales y centros médicos para lograr ser atendidos.
Pacientes viven un drama en hospitales y centros médicos para lograr ser atendidos.

A más de mil llegaron las vidas humanas arrebatadas por el coronavirus en el departamento de Tumbes.

Según la Dirección Regional de Salud (Diresa), desde que se registró el primer caso 1,007 personas fallecieron por los embates de la COVID-19.

“Un grupo va a morir en el hospital, y (en) eso no hay -en general- problema del manejo hospitalario. Otro grupo va a morir fuera del hospital. Ya sea en su domicilio o fuera del domicilio. (...) En la calle o en un albergue, o en un penal, pero fuera del domicilio,”, declaró el exministro de Salud, Víctor Zamora, en abril del año pasado, alertando sobre una inminente tragedia.

En la actualidad, con un sistema de salud a punto de colapsar por completo, tal como lo ha manifestado el propio gobernador Wilmer Dios Benites, esta región fronteriza atraviesa uno de los peores momentos en cuanto al impacto de la COVID-19.

Dios Benites comentó que a diferencia del año pasado, el virus va cobrando víctimas mortales más rápido.

El problema no solo se ha agudizado en la atención de pacientes graves, sino en la respuesta en el primer nivel de atención, como postas y otros establecimientos de salud, en donde la atención es precaria.

El coordinador del área COVID-19 en el Hospital Regional de Tumbes, Alexander Mago Malo, advirtió semanas atrás ante personal de la Fiscalía de Prevención del Delito que la situación ya era crítica.

Detalló que por lo general, los pacientes buscan ayuda cuando la enfermedad ha comprometido gran parte del sistema respiratorio.

Recuperados

En el último informe de la Diresa, se precisa que en el presente año se identificaron 3,449 casos positivos. De ese grupo hay 488 pacientes recuperados. Solo algunos de los pacientes que vencieron el virus fueron dados de alta de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).