Ani Alva Helfer es una mujer que enfrenta cada reto en su carrera como una forma de reinventarse en una industria que no admite retroceso, ni para tomar impulso. Su oficio la ha llevado a dirigir taquilleras películas y también sintonizadas telenovelas. ¿Algo le faltaba por hacer? Pues, ahora se propuso incursionar en el teatro, y es allí donde la vemos en plenos ensayos de “Una semana nada más”, comedia en la que dirige a Magdyel Ugaz, Armando Machuca y Christian Rivero que se estrena el 20 de marzo en el Teatro Nos. “Dirijo todos los días de mi vida y con Gianella (Neyra) venimos trabajando distintos proyectos en diversas áreas, películas, series, y bueno, ahora tocó el teatro”, dice Alva.
Entonces todo fluyó, siguió su curso natural a la hora de aceptar la propuesta. Gianella tenía los derechos de la obra y me convocó para dirigirla. Siempre me gustan los retos, siempre busco aprender, si bien nunca había dirigido una obra de teatro, pero crear una puesta en escena es algo que vengo manejando hace mucho tiempo. Además de que el texto me encantó, con Christian, Magdyel y Armando, ya había trabajado en algún momento. Me gusta comenzar así, como en familia, por decirlo de alguna manera.
Pero hay elementos que unen a la dirección de cine, de televisión y a la teatral.
Sí, la puesta en escena. En televisión por más que los espacios sean los mismos y cotidianos en casi toda la tira, igual no significa que todas las escenas se planteen de la misma forma, por lo menos yo, busco no repetirme. En el cine, sobre todo, la dirección, varía cuando se cambia de locación por temas climáticos, o temas económicos, o de adaptación.
En el teatro no puedes apelar a la repetición y el corte. En el teatro, a diferencia de la tele o el cine, allí el control lo van a tener los actores, no, cuando yo digo corte. Por primera vez voy a tener esa experiencia de que el actor maneje los tiempos, que sea lo que ensayamos en su momento, pero que no es algo tan lejano, igual cuando yo planteo una escena tanto en cine como en tele, ahora en el teatro, para mi el timing (tiempo, ritmo) es ensayado. Hago un planteamiento con cierto ritmo, y por más que en cine luego exista la edición, ya se encuentra en la puesta. Eso es lo que seguramente trabajaré más ahora.
¿En algunos meses se estrena “Soltera, casada, viuda y divorciada 2″, tienes alguna preferencia para dirigir historias protagonizadas por mujeres?
Creo que los temas que he elegido contar caen en personajes que son mujeres, pero también ha sido un proceso y una coincidencia, sin embargo, no es algo que me vaya a caracterizar siempre. Incluso me gustaría cambiar de género, no te voy a decir drama al cien por ciento, pero me gustaría hacer quizás una comedia romántica, hombre mujer, no necesariamente grupos de mujeres, aunque me haya funcionado.
¿La crítica siempre afecta en estos tiempos que cualquiera se cree experto? La crítica la veo, la escucho, pero nunca me ha detenido. Siento que también todos en algún momento estamos buscando la aceptación del otro, creo que eso es natural en la vida, pero no es que me paralice ni me modifique. Me gusta escuchar la crítica de la gente que piensa que me pueda ayudar, ahora lo que sí es verdad, es que pareciera que la critica hacia las cosas que funcionan de alguna manera, hacia el gusto popular, tiene una mirada como que no es tan relevante para algunos, no sé por qué se le menosprecia.
¿Cómo directora, puedes evitar la ansiedad por los resultados de la secuela de “Soltera, casada, viuda, divorciada 1″ que convocó a un millón de espectadores? Sí, así sea la número uno o dos, secuela o no, siempre hay expectativa, le ponemos tanta pasión, tanto tiempo, tanto corazón al trabajo, que de alguna forma, por más cliché que suene, una cinta es como tu hijo. Estoy súper contenta con la película, porque estoy tocando temas nuevos para mí, que como escritora también me costaron encontrar y siento que también suma el espacio nuevo en el que pudimos rodar.
El compromiso de las actrices en el proyecto es vital.
Me encanta cómo están ellas en la película, suman todo el talento que tienen y eso es un aporte valioso para un buen resultado. Cuando finaliza un trabajo me gusta quedarme con la sensación de que lo di todo, todo lo que estaba a mi alcance. Ahora lo que vaya a pasar, no sé, pero me quedo con la satisfacción de que ensayé, trabajé, y no solo yo, sino todo el equipo. Me quedo con eso, y para mí, eso es lo que me rige, y que sepa que lo entregué todo, ya después, lo que pase siempre será un albur.