Con cuatro décadas en la música, 35 de ellos como solista, el cantante dominicano Eddy Herrera considera al tiempo y los años como una simple anécdota. A sus recién cumplidos 60, el intérprete se siente con la vitalidad de un jovencito de 20, edad que tenía cuando empezó su carrera en la orquesta de Wilfrido Vargas. “Como dice un amigo mío, se sen...ta, pero en cámara lenta”, señala. “Efectivamente, los acabo de cumplir, pero me siento, de verdad lleno de pura energía, con ímpetu, mucha fuerza, soy un trabajador incansable y no paró todo el año” dice el intérprete de “Ajena”, que cantará el 7 de setiembre en el Círculo Militar del Perú.
Hay gente a la que le gusta minimizar al prójimo por los años y descalifica.. Y nosotros estamos propensos, al igual que ustedes, a señalamientos positivos, elegantes, bonitos, generosos, y también negativos. Todo eso es parte de nuestro mundo, es parte del mundo de cualquiera, no solo de los artistas, también de los políticos, de los deportistas; de todos los seres humanos.
Sin embargo, a los artistas siempre se les exigirá más porque viven de su voz y su imagen. Y allí está algo que debo destacar y que puede explicar la vigencia en una carrera tan competitiva: la disciplina. Esa forma de ser mía, tan disciplinada y tan respetuosa conmigo mismo y con el trabajo es lo que me ha dado resultado. Esa vibra y esa forma de trabajar hace que yo cuide el mínimo detalle de mi música y hasta de mi apariencia.
Tu carrera es de resistencia, hoy muchos cantantes jóvenes quieren el éxito al alcance de un click.
Yo estuve cinco años en la orquesta de Wilfrido Vargas, palpé ese éxito como parte de Wilfrido y canté varios hits. Cuando salí para hacerme solista, yo pensaba que iba a ser igual porque era cantante de Wilfrido, pero no conocían a Eddy Herrera, poca gente sabía que el de la orquesta era yo. Me encontré con este choque, fue como empezar de cero, entonces yo dije, vamos paso a paso, escalón por escalón, ya tú verás, no te desesperes, solo trabaja duro.
Hay muchos cantantes de orquestas que se lanzan a la aventura de ser solistas, pero se dan cuenta luego que el nombre de la agrupación es el que pesa.
Lamentablemente eso pasa siempre cuando son muy jóvenes, hay artistas de 25 años para abajo, que logran un éxito inicial y se vuelven locos. Normalmente, eso pasa porque no tuvieron una buena educación en la casa, muchos principios, un sentido de lo que es la vida.
Hablando del merengue, muchos dicen que pasó a un segundo plano a raíz del género urbano.
Recuerdo como si fuera hoy, que cuando estuve nominado a un Latin Grammy en el 2001, estaba pegada “La Gasolina” de Daddy Yankee. Yo la escuché y dije, oh mi Dios, esto se embromó, lo qué va a pasar con el reggaetón. Hoy cada día surgen más artistas del género, obviamente el merengue y la salsa siempre han estado allí, pero bajaron a puestos 2 y 3, las baladas y boleros también cayeron, se quedaron a un lado.
¿Pero los merengueros y salseros no deberían haberse puesto al nivel de los del género urbano y emplear sus armas?
Mira, muchos de nosotros, me incluyo yo, hicimos estrategias en la redes, fusionamos en la música, tan poderoso es el género del reggaetón que había que subirse al furor. Yo fusioné mi merengue, le inserté elementos musicales, con un 30 por ciento de reggaetón, qué pasó, se oía más moderno, más bacán, pero la gente no lo aceptó, la gente no aceptó a Eddy Herrera con ese tu, turucutú. ‘Eddy, déjale eso a los muchachos, a los exponentes con los códigos del reggaetón, nacieron para eso’, me decían.
En pocas palabras, no hay competencia que valga para que el merengue pierda su esencia.
Fue lo que viví, palpé, experimenté, te lo digo de verdad, de corazón, lloré casi cuatro años. Grabé cada canción con algunos reggaetoneros, y con elementos de reggaetón, pero la gente me dijo literal: Eddy Herrera, sigue con tu merengue, ponle elementos joviales, no necesariamente de reggaetón, haz tus merengues como siempre y listo.