“Fue un knockout”, nos dice Javier Valdés sobre cómo le afectó, en un inicio, la pandemia. “Los actores estamos acostumbrados a la inestabilidad: permanentemente nos quedamos sin trabajo pero sabiendo que muy pronto conseguirás otro. Pero jamás nos han dicho que te quedaste sin trabajo y que no lo vas a tener hasta fin de año”, comenta.
Sus proyectos se paralizaron, él también: “no sabía qué hacer”. Sin embargo, llegó el momento de reaccionar y empezó a idear posibilidades de hacer teatro en otras condiciones. Y así surgió “Hotline”, una obra virtual donde interpreta a un coronel que se refugia en la tecnología junto a una mujer.
¿El teatro tiene que reinventarse a pesar de que se aleje de su estado natural?
En el transcurso de la historia, el teatro ha cambiado muchas veces. Urgidos o necesitados por las circunstancias actuales, estamos intentando crear un nuevo espacio. Probablemente no es el teatro al que estamos acostumbrados: como dice Jorge Dubatti, un convivio, en el que todos participan en un mismo espacio. Pero hoy las redes y las plataformas virtuales se han convertido un poco en eso. Las características similares son que estamos contando una historia y que convoca gente.
¿Cómo han sido los ensayos?
El director mira lo que nosotros vamos proponiendo. Katherine Mancera es la productor y especialista tecnológica. Y producción, iluminación, vestuario, escenografía tenemos que hacerlo cada uno en su casa. Experimentar y explorar los rincones de la casa de uno para ver dónde podríamos adecuar y componer la obra. Y las cosas van surgiendo. Cada ensayo era probar acá y allá.
¿Lejos de los formatos, el teatro no pierde ese carácter de exploración?
No. Eso siempre es esencial. Cada vez que se inicia un montaje hay que explorar, investigar absolutamente todo y encontrar una comunión entre todos, director, dramaturgo y actores, en cuanto a lo que queremos contar. Eso se logra haciendo, para ver cómo lo construimos. El teatro es mágico. Uno se encuentra pasando la letra, diciendo cosas en las que no pasan nada, y de pronto, ¡pum!, aparece algo. Y eso te engancha como espectador: te toca en lo más profundo de tu ser y, muchas veces, no te das cuenta. Te conecta con algo de tu historia personal, y eso hace que te emociones, que sientas. Después podrás reflexionar, ponerle palabras a lo que te pasó. Esa es la magia del teatro. Por eso es tan necesaria.
¿El teatro será presencial y virtual tras la pandemia?
Eso es lo que esperamos. La discusión sobre esto es basta. He leído en redes a compañeros que han comentado que “eso no es teatro”, “qué es lo que están haciendo”, “póngale nombre realmente a lo que están haciendo”, “porque necesitan plata están haciendo eso”. Bueno, ponle lo que quieras, pero el teatro ha ido mutando en la historia, este es un cambio más. La necesidad nos está haciendo explorar esta forma, que estaba ahí. No es algo de ahora, sino que se ha venido construyendo en las generaciones más jóvenes, quienes están más acostumbrados a esto, como las transmisiones en vivo de las personalidades.
Y en el caso de la televisión, ¿te han comentado sobre algunos cambios en hacer telenovelas o series?
Lo que estoy escuchando es de afuera. En Madrid, España, se ha quedado el proyecto en ciernes de La casa de papel. Están viendo protocolos para poder continuar con las grabaciones. En Lima sé que están escribiendo historias pensando en lo que nos está pasando. De eso me he enterado. No sé si esos protocolos que están planteando se vayan a implementar acá. Deberían. Acá han quedado proyectos truncos. Irónicamente, gracias a la pandemia, “Te volveré a encontrar” ha podido ver la luz y creo que le está yendo muy bien.
Interpretas a Pascal en la telenovela. Se ha dicho mucho sobre la actuación de Alondra García Miró. ¿Qué te parece su trabajo?
Me parece que está bien. Así como en los elencos hay gente con experiencia, los productores siempre buscan que los protagonistas sean nuevos. En el caso de Alondra, tiene un ángel especial, es una chica muy linda. Creo que tiene las condiciones. Se le puso un “coach” para que pudiera realizar su trabajo lo mejor posible. Creo que está bien. Ella ha aprovechado el momento. Si decide continuar, debe seguir preparándose; tiene el camino por delante.