Rodolfo Pacora, su personaje en “Luz de Luna 4: la despedida”, representa para el actor Jesús Neyra, además de su regreso a las telenovelas, el reto de encarnar en la ficción a un hombre con más defectos que virtudes.
“Todo personaje que uno asume siempre es un reto y debe marcar una diferencia con lo que hiciste antes, esa es la esencia del proceso actoral. En la telenovela me toca interpretar a Rodolfo, un hombre machista y violento, con luces y sombras, un rol demandante”, dice Neyra.
Asumes un personaje que lamentablemente se ve en miles de hogares peruanos.
Sí, totalmente. La violencia doméstica, la violencia contra la mujer la vemos todos los días reflejada en las noticias y en las estadísticas, y que una producción la muestre a través de mi personaje me parece muy importante.
Para encarnar un personaje tan intenso y demandante el proceso de construcción es vital.
Es bastante interesante, porque en los procesos televisivos tienes muy poca información del personaje, por eso te lanzas un poco al vacío. Es una descubrimiento constante, debes estar atento a tu intuición casi siempre.
Y muchas veces la historia y la audiencia exige que ese personaje vaya cambiando drásticamente.
Eso genera que el trabajo sea retador, porque es completamente intuitivo, activa partes del subconsciente del actor también. Al fin y al cabo empiezas a descubrir el personaje desde el olfato y ya con el avance de los capítulos vas construyendo una base, encontrando más características y añadiéndole un poco más de detalles.
¿Te ha sucedido que cuando terminas de grabar una escena violenta te afecta o ya lo sabes manejar?
Tal vez en un momento de mi carrera era mucho más pasional, trataba de zambullirme en los personajes con mayor vehemencia, pero creo que eso me ha llevado a lugares intensos. Ahora, con la experiencia y con la edad, ves desde otra óptica los procesos, ya tienes un buen tiempo haciéndolo y lo asumes desde un lugar que lo hace bastante enriquecedor.
La actuación para televisión y teatro demanda una preparación diferente.
Me parece que cada uno de los dos brilla por su propia cuenta, pero a la vez tienen muchos lugares en común y creo que eso es lo interesante. Actuar para una cámara es distinto que hacerlo sobre un escenario teniendo al público al frente, hay técnicas que hay que explorar y valorar, pero la base siempre será la actuación.
¿Un actor no debe juzgar a su personaje, pero te atreves a opinar sobre Rodolfo Pacora?
Es una persona que ha tenido mucho reconocimiento, era muy bueno en el fútbol, una estrella y en un momento todo ese dinero que ganó y esa fama se ve terminada por una lesión. Me parece que está muy bien retratado porque es una analogía directa del mundo masculino tóxico, machista y violento que a veces como cultura nos representa.
¿Satisfecho por tu regreso y con un papel tan retador?
Muy contento y agradecido, la verdad creo que este momento de mi vida me gusta y me parece necesario agradecer las oportunidades que se me dan, estoy viéndolo desde ese lugar. Estoy tratando de dejar todo lo que puedo o lo que intuyo del personaje y es lo que están viendo en la novela. Me parece que es bastante retador y estoy feliz de todos los días asumir ese compromiso.





