Aunque es un actor con una importante trayectoria en el cine, teatro y televisión, Óscar López Arias admite que su mayor interés radica en la conducción, como la que actualmente desarrolla, junto a Andrés Salas y Gonzalo Revoredo, los sábados por la noche en Panamericana TV, y que llaman ‘Noche de patas’.
“Teníamos mucha expectativa porque es un cambio importante para nosotros. Además de haber tenido el cambio de canal (antes estaban en Latina TV), ahora el cambio de horario, de viernes a sábado, es un reto más grande”, confiesa el actor.
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¿Cuál es la impresión de esta nueva aventura de los sábados?
La respuesta ha sido mucho más favorable de lo que habíamos sospechado. Tener al domingo como consecuencia del programa es favorable.
¿Era ir a buscar un nuevo público?
Lo bonito ha sido descubrir que nos habíamos equivocado y que nuestro público era más amplio aún. Hay señoras mayores que hacen su plan de fin de semana con nosotros, y eso no lo teníamos mapeado, incluso familias completas ven el programa.
¿Los obligó a autorregularse o cuidar algunos aspectos?
En parte sí. Aunque las bromas son para adultos, en doble sentido, nunca hemos caído en la grosería ni la lisura fácil. Hay una línea que siempre tratamos de cuidar y, si nos excedemos, nos corregimos también, de vez en cuando nos sale alguna burrada, pero de eso también se aprende.
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¿Es cierto que no extrañan al tío Carlos Vílchez?
¡No! Lo extrañamos, cómo no lo vamos a extrañar, ha sido pieza fundamental de las primeras temporadas y siempre lo va a ser. Ahora somos tres, nos manejamos bien y está funcionando. No hay necesidad de cubrir el espacio de Vílchez porque es irremplazable.
¿Al margen del programa, qué se viene para ti?
Vendrán las actividades que siempre he hecho y que extraño mucho: hacer teatro y cine, y retomar mis actividades como actor, que es lo que no hago hace tiempo.
¿La vida te ha ido llevando más por el lado de la conducción?
Yo siempre he querido ser conductor de televisión. Lo he dicho siempre: mi carrera como actor ha sido la excusa también para afianzar otras cosas, pero conducir programas siempre ha sido mi interés y lo he hecho durante muchos años. Será un gusto poder retomar el teatro y la actuación como antes.
Fuiste uno de los pocos actores que no hizo teatro virtual en pandemia…
Me demoré en aceptar propuestas, pero me parece bien que haya habido tanta gente que haya podido mantenerse haciendo teatro virtual. La realidad por la que estábamos atravesando hacía que la gente pidiera teatro de cualquier forma.
¿Aunque evidentemente el teatro virtual fue forzado por la coyuntura?
Pero eso es lo que resulta con la vida, uno no puede tener todo programado desde el principio, hay que saber hacerse cargo de todo. El teatro, es un trabajo de esfuerzo, perseverancia y creatividad que muchos compañeros supieron hacer muy bien.
¿Cuál es tu reflexión de la caótica coyuntura de la pandemia?
Creo que cada uno ha tenido que remar desde sus posibilidades, hay quienes han mostrado su lado más altruista y humano, mientras que otros han mostrado su lado más egoísta. Lo hemos visto en los noticieros y en las redes.
¿Te cambió la perspectiva?
No cambió mi estilo de vida en particular, porque yo siempre he sido muy cuidadoso con un montón de cosas, sobre todo con la higiene y la salud, entonces no me afectó ni me alteró en gran medida. Para mí, reforzó lo que siempre he dicho: ‘la vida es hoy’. Nunca estoy pensando en lo que hice ni en lo que podré hacer, eso no existe; existe el ahora, este instante.
No fue un golpe tan duro para ti como para otras personas…
¡Es que ha sido un golpe muy fuerte! Pero uno no puede estar pensando en las tragedias porque uno no sabe lo que va a venir. Creo que lo más importante de cualquier situación difícil o dramática es estar preparado para manejarla.