En dos meses, Yaco Eskenazi ingresó a una etapa de su vida para la que nunca nadie está preparado. Se alejaba de un ser querido, mientras se despedía de otro. Con el tiempo, empezó a ordenar sus ideas, a reflexionar sobre su futuro y a recuperar a su familia. El tiempo ha pasado y las heridas duelen menos. Aún así, cuando alguien le sonríe en la calle, no deja de responder al saludo, porque sabe que esta acción puede significar el calor que todos necesitamos.
Con “Gustavo Aleman” en “Dos Hermanas” retomas los personajes antagonistas como en tus inicios en las telenovelas. ¿Qué representan para ti estos roles que ya son característicos en tu carrera?
No hacía un antagónico hace un tiempo. Con Michelle Alexander (productora), lo hice en “Mi amor el Wachimán”, pero en “Mi Esperanza” no fue así. Ahora trato de darle vuelta al personaje. Me gusta ser el antagónico porque representa un poco más de reto que el galán.
Este es un villano llevado por las situaciones...
Sí, hay algo dentro que hace que tome decisiones equivocadas para él y otras personas. Se irá descubriendo en el camino. Depende mucho de los guiones, porque ahí se ve de dónde sacar la maldad. El trabajo está muy bien hecho.
“De dónde sacar la maldad”. ¿Qué has encontrado ese lado tuyo?
Tengo cosas propias en este lado, que se suman a lo que uno aprende y está a su alrededor. Para mí, es difícil hacer de malo, porque me da pena. Una vez tuve que humillar al personaje de María Gracia Gamarra en “Mi amor el Wachimán”, y fue muy fuerte para mí. Aún así, trato de disfrutar el personaje porque me lleva a situaciones que yo no estaría. La gente conoce mucho de mí por los programas en los que he estado, por eso cuando me ven en la ficción se sorprenden.
En ese caso, ¿te costó alejarte de la imagen de participante de programas de competencia?
Me cuesta más por el lado de los medios, porque me presentan como el “exchico reality”, no como actor o conductor. Tampoco es que me moleste, porque el público está al tanto de mi otra faceta. Hay momentos en los que extraño “Esto es guerra” y me quiero meter por la pantalla; pero sé que es una etapa que ya cumplí. Quiero crecer por el lado actoral.
¿Cómo lograr mantener esa cercanía que tienes con el público?
Antes de ser famoso, ya saludaba a todo el mundo con una sonrisa. No importa si no te conocía, igual lo hacía. Ahora, siento que soy parte de la calle. No me siento una persona famosa o una estrella, soy parte de la gente. Solo quiero seguir darle el mismo cariño a la gente.
¿Crees que la sobreexposición de ese lado humano igual genera conflictos?
Mariana Ramírez del Villar y Peter Fajardo (productores de “Esto es guerra”) me metieron en la cabeza que “cuando uno es famoso, ya es ejemplo para la gente que te ve”. Uno tiene que cuidar su vida personal, avanzar conforme a lo que buscas.
Además, has mostrado lo que Natalie Vertiz (esposa) y tú han querido...
Los dos siempre dijimos que mostraremos esos momentos agradables, porque la gente disfrutaba de nuestra relación; pero también hemos pasado por problemas que hemos sido cautos para no exponer. Tenemos una relación de dos.
¿Cuál fue la primera sensación cuando se conoció ese distanciamiento entre ustedes?
Fue difícil, como todo proceso y momento nuevo, porque no nos había pasado así. No teníamos una varita mágica para solucionarlo todo, pero fuimos lo más cautos posibles. En mi caso, el fallecimiento de mi padre me causó algunas heridas que sigo sanando. Aún escucho su voz como si fuera su conciencia. Siempre trato de ser honesto. Ahora todo está mejor, la cuarentena ha solidificado la relación.
Perfil
Yaco Eskenazi es actor y conductor. Ha participado en dos temporadas de la telenovela “Mi amor el Wachimán”. También fue parte “Mi Esperanza”. Hoy es parte de “Dos Hermanas”, que retomaría sus grabaciones después de la emergencia sanitaria.

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