El restaurante del Grupo Kong cumple tres años consolidado como un referente gastronómico y cultural del Centro de Lima, tras superar crisis políticas, pandemia y retos urbanos con una estrategia basada en historia, tradición y una cocina peruana de antaño.
El restaurante del Grupo Kong cumple tres años consolidado como un referente gastronómico y cultural del Centro de Lima, tras superar crisis políticas, pandemia y retos urbanos con una estrategia basada en historia, tradición y una cocina peruana de antaño.

Casa Tambo, una de las apuestas emblemáticas gastronómicas del Grupo Kong, cumple tres años desde su inauguración y lo hace con un balance de crecimiento sostenido, reconocimiento internacional y un rol protagónico dentro del circuito turístico y cultural del Centro Histórico de Lima.

Steve Morales, gerente general adjunto del grupo, destaca que este aniversario representa “un alivio y un logro colectivo”, especialmente en un rubro donde los primeros tres años suelen ser decisivos para la supervivencia de una marca gastronómica.

Steve Morales.
Steve Morales.

CASA TAMBO

Fundado en una casona de más de 220 años, donde en los años 70 funcionó el histórico restaurante El Tambo de Oro, considerado el primer restaurante de lujo de Lima, Casa Tambo se propuso desde el inicio recuperar el valor patrimonial del inmueble y reactivar la zona con una propuesta culinaria y cultural que reivindica la tradición peruana. Morales recuerda que el inicio no fue sencillo: “Abrimos en una época de conflictos políticos, marchas y un Centro de Lima que no era la primera opción para un almuerzo familiar. Instalar un restaurante de 2.200 metros cuadrados en ese contexto fue un reto enorme”.

Desde su lanzamiento, Casa Tambo enfrentó crisis consecutivas. La pandemia obligó a cerrar temporalmente el local, pero el grupo decidió mantener al equipo fundador sin recortes. “Fue una decisión humana e inteligente que nos permitió salir fortalecidos”, comenta el ejecutivo. Cuando se retomaron las operaciones, el segundo gran desafío llegó con el convulso clima político que se reflejaba en constantes protestas. “Llegamos a cerrar las puertas por bombas lacrimógenas. Una incluso cayó dentro del restaurante. Fueron momentos difíciles, pero nos volvieron resilientes”, afirma.

A los conflictos se sumó un problema estructural del Centro de Lima: el tráfico. Entre desvíos, protestas, procesiones y el impacto del corredor morado, acceder a la zona se convirtió en una travesía para los visitantes. Sin embargo, el equipo decidió enfocarse en las oportunidades. “El Centro es el ombligo natural del turismo. Comenzamos a trabajar con agencias estratégicamente. Pasamos de cuatro agencias a más de veinte”, detalla Morales.

La consolidación llegó a partir de tres pilares: cultura, historia y gastronomía. La casona restaurada se convirtió en un museo vivo que preserva piezas históricas, además de una galería rotativa que impulsa a artistas peruanos sin costo. El restaurante, por su parte, encontró su identidad culinaria al reencontrarse con los sabores tradicionales de la cocina peruana: mondonguito a la italiana, seco de cabrito, estofados y recetas que evocan la memoria familiar. El chef Cristian Cotrina lideró este proceso de revalorización.

CRECIMIENTO

La estrategia funcionó. Casa Tambo pasó de recibir 1,000 o 2,000 personas al mes a registrar entre 20,000 y 24,000 comensales actualmente. Ha sido sede de almuerzos diplomáticos, eventos corporativos, visitas de embajadas y grupos internacionales. Incluso, un diario español lo definió como “la joya imperdible del Centro de Lima”.

Restaurar la casona tomó aproximadamente cuatro años y requirió una inversión significativa. Morales destaca la visión de Alfredo Kong, dueño del grupo: “Había que tener fe para apostar por un espacio así. El punto de equilibrio es alto y la operación compleja, pero los resultados nos han dado la razón”.

De cara al 2026, Casa Tambo busca fortalecer su presencia con una carta renovada, un mayor enfoque en la marca Perú, un crecimiento proyectado del 10% y la apertura de nuevas propuestas gastronómicas dentro del holding. Además, continuará impulsando su programa cultural, sus espectáculos de música y danzas típicas, y su museo.

Para las celebraciones de fin de año, el restaurante ofrece una carta especial, un grupo musical para recibir el Año Nuevo y productos de temporada como el “Tea time navideño”, así como el recientemente lanzado turrón Casa Tambo y el panetón de la marca. “Queremos volver a esos sabores que se disfrutaban en familia. Como decía mi abuela: la mesa es una mesa para todos”, expresa Morales.

Con reservas que se agotan semanas antes, shows criollos y experiencias temáticas como el Inti Raymi nocturno, Casa Tambo continúa consolidándose como un espacio donde convergen gastronomía, historia y tradición, celebrando con fuerza sus primeros tres años y proyectando un 2026 de crecimiento y expansión.